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Retiran al príncipe Andrés sus títulos militares y patrocinios reales. (Foto: ABC news)

Retiran al príncipe Andrés sus títulos militares y patrocinios reales. (Foto: ABC news)

EL ESCÁNDALO EPSTEIN

Dejar caer al príncipe Andrés, el mayor dolor para la reina Isabel II

Una sórdida tormenta envuelve al príncipe Andrés, duque de York. Será juzgado en Estados Unidos en el caso civil que alega que agredió sexualmente a Virginia Giuffre, una de las víctimas de Jeffrey Epstein.

Hechosdehoy / Angelika Knüppel

A sus 95 años, rota por la muerte de su amado esposo, Felipe de Edimburgo, como desveló en su insólito mensaje de Navidad, la reina Isabel II ha tomado una de las decisiones más difíciles de su largo y convulso reinado.

Desde que estalló el caso Jeffrey Epstein, todas las revelaciones han avanzado sobre la figura del príncipe Andrés. Si todo lo sucedido con Diana de Gales, su separación y su trágica muerte, fue terrible para la reina, el escándalo que apunta directamente al príncipe Andrés, duque de York, es demoledor.

Isabel II no ha tenido otra opción que la del deshonor para su hijo y la total ruptura de la familia real con él. Se ha convertido, sea declarado inocente o culpable, en el maldito de los Windsor. Andrés, de 61 años, es el tercer hijo de Isabel II, por detrás del príncipe Carlos, la princesa Ana y por delante del príncipe Eduardo. Es padre de dos hijas, Beatriz y Eugenia, fruto de su matrimonio con Sarah Ferguson, "Fergie" de quien se separó entre escándalos en 1992. 

Este jueves, el Palacio de Buckingham confirmó -en un comunicado sin precedentes- que el príncipe Andrés de Gran Bretaña fue despojado de sus títulos militares y de sus organizaciones benéficas.

"Con la aprobación y el acuerdo de la reina, las afiliaciones militares y los patrocinios reales del duque de York fueron devueltos a la reina. El duque de York seguirá sin desempeñar ninguna función pública y defiende este caso como ciudadano privado", señaló el comunicado del Palacio de Buckingham.

La reina, aconsejada por sus colaboradores más directos, ha tomado esta durísima decisión tras los acontecimientos sucedidos en Nueva York. Un juez federal rechazó la moción para desestimar la demanda civil contra el príncipe Andrés, presentada por Virginia Giuffre, una mujer que alega que fue víctima de tráfico sexual con el príncipe cuando era menor de edad.

Giuffre alegó en la demanda que Jeffrey Epstein la obligó a tener relaciones sexuales con sus amigos, incluido el príncipe Andrés. Y, lo que es aún más grave, que Andrés sabía que ella era menor de edad (tenía 17 años) en ese momento.

En su demanda, Virginia Giuffre presentó su caso bajo la Ley de Víctimas Infantiles, una ley del estado de Nueva York promulgada en 2019 que amplió el estatuto de limitaciones en los casos de abuso sexual infantil para dar a las víctimas más oportunidades de buscar justicia.

Sus abogados argumentaron que su demanda violaba los términos de su acuerdo de conciliación de 2009 con Epstein en Florida, en el que acordó una "liberación general" de las reclamaciones contra Epstein y otros. Ese acuerdo, que se hizo público la semana pasada, muestra que Epstein pagó a Giuffre 500.000 dólares para que abandonara el caso sin admitir responsabilidad o culpa alguna. El nombre del príncipe Andrés no aparece explícitamente como parte.

Sin embargo, el abogado de Giuffre, David Boies, argumentó que el acuerdo es irrelevante para su demanda contra el príncipe, señalando que Andrés no lo conocía en ese momento y que no se aplicaba a él.

Todo por lo tanto ha acorralado al duque de York. Es onbvió que nunca debió tener relaciones con Epstein y que sabía que era un personaje oscuro y tóxico.

Para toda la familia del príncipe es un drama y una vergüenza. Pero para la reina resulta todavía aún mayor en un caso de deshonor. Supone además una patada a todos los preparativos de sus setenta años en el trono. Un golpe innecesario y brutal que aumenta aún más la soledad y tristeza de una mujer anciana, golpeada una y otra vez por la vida en los momentos en que, como reina, madre y bisabuela necesita más cariño y consuelo.

Para la dignidad del Reino Unido y los Windsor, un episodio especialmente doloroso, cruel y bochornoso.

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