El otoño es una época muy buena para la pesca de muchas especies continentales, la búsqueda de reserva de alimentos para el invierno y la mejora de las condiciones del agua producen este efecto, al que hay que añadir otro para la pesca del lucio en otoño, su freza más temprana que otras especies.
La freza del lucio suele comenzar en febrero especialmente en los tramos de aguas más templadas como ocurre en la cuenca del Guadiana y del Tajo. Por ello, una de las mejores épocas para la pesca del lucio la encontramos desde finales de septiembre hasta finales de octubre o mediados de noviembre, buscando especialmente aguas intermedias. Esto no significa que no podamos pescar lucios en aguas poco profundas a mosca, pero será más exitoso si buscamos profundidades alrededor de 5 metros cercanas a playas y apostaderos del lucio.
Recuperado del calor del verano, el lucio está lo suficientemente hambriento para no menospreciar cualquier tipo de cebo, pero especialmente en las primeras semanas de octubre podemos buscar tentarlos con grandes artificiales, incluidas ondulantes de buen tamaño, para intentar pescar ejemplares de gran tamaño.
Desde orilla y embarcados
Esta profundidad nos permite la pesca del lucio con éxito tanto desde orilla como embarcado, con la ventaja de esta última (ya sea en kakak o desde pato) de poder llegar a ciertos lugares de difícil acceso y “atacar” al lucio por la espalda cuando se encuentra detrás de algún apostadero.
En otoño, no existe claramente una hora en la que aumenten su actividad, quizá la más destacable es la tarde, dese el mediodía hasta el atardecer, favorecido por este sol otoñal que en sus horas centrales ayuda a aumentar la actividad del río o embalse.
Es muy común que el Lucio esté activo pero no estemos usando la mejor estrategia, o mejor dicho, no estemos llegando a la superficie en la que estén moviéndose los lucios. Por ello, es fundamental ir moviéndose nuestros artificiales en diferentes profundidades, algo que haremos con especial facilidad si estamos embarcados o sobre un pato.
Adaptarse a la climatología
Otro consejo básico, especialmente cuando avance el otoño es buscar lugares refugiados y huir de los espacios abiertos, principalmente si tenemos viento del norte. Aunque el lucio es de los peces que pierde menos actividad cuando arrecia el frío, no le gusta los cambios bruscos de temperatura, reacciona mal y busca la profundidad. Por el contrario los días nublados e incluso en las primeras fases de la lluvia nos pueden dar resultados muy positivos.
Si controlamos muy bien estos cambios podemos conseguir resultados muy positivos, porque los lucios son también para el otoño.