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Tres reglas de golf a observar por respeto al deporte, a los jugadores y a las Rules
Entre el personal amateur que juega al golf, sobre todo en los homínidos más evolucionados (especie Veteranux Senior), se viene detectando una creciente relajación de etiqueta y cortesía.
Hechosdehoy / José Ángel Domínguez Calatayud
Mal camino llevan las Rules aprobadas a lo largo de décadas por esa venerable institución llamada Royal & Ancient Club of Saint Andrews, (en adelante R&A). Todo el año pueden verse por los campos del mundo comportamientos desahogados sobre criterios firmes del R&A, pero es en verano cuando se hacen extremosos y llamativamente estridentes.
Por ejemplo, el calor reinante en muchos lugares impulsa a algunos a tomarse licencias en la indumentaria del tipo pantalones sumamente cortos (shorts), o llenos de bolsillos que cuelgan por los lados de la pernera, más desestructurados que unos “huevos caramelizados” del maestro Adriá; por no detenerme en el pantalón modelo pescador de almeja: pata a la altura de la pantorrilla, siete centímetros por encima de la medida Coco Chanel… Y los starter y directivos del club mirando para Poniente.
O, por poner otro ejemplo, esas camisetas sin mangas en los caballeros (las damas están excusadas, como sabemos), luciendo sin rubor la sudada pilosidad axilar y por fuera del pantalón… Y el starter y los directivos de perfil.
O la estridencia en colores de calcetines y zapatos, que parece que los viste el mismo sastre que equipa a Ian Poulter, un sujeto al parecer daltónico, al que los colores fosforito y la combinación de fucsia en el calzado y morado en la camiseta no puede herirle el buen gusto, cuando antes no le ha rayado la vista, porque seguramente lo ve todo en distintos tonos de gris. ¡Ah: y los bluejeans bermuda!… Y el starter y los directivos mirándose los zapatos.
La otra fuente de irregularidades contra las buenas maneras, que es prácticamente inagotable, está en esos partidos coloquialmente llamados “pachangas”, término que ya nos da una pista sobre el interés con el que van a tomarse los compañeros contrincantes el respeto por las reglas, las famosas Rules del R&A.
Si usted está cerca de un partido o, peor para usted, participando en él y oye frases que comienzan diciendo “pues en mi Club, esa regla…”, “Pues nosotros, los seniors…”, “Pues, amigo, para ir más rápido será mejor que..”, tiéntese el polo de golf y témase lo peor. Porque hay tribus enteras para las que las rules les suenan a chino y optan por la autorregulación con acuerdos de la pandilla o del Club, y no las del universo del golf.
Hay tres normas que se ven más fácilmente mancilladas, en lo que he podido constatar este verano por campos de costa e interior.
Colocar bola en calle: en muchos lugares existe la regla local de invierno, perfectamente legítima (Apéndice I.4.c. “Colocación de la bola” y “Reglas de Invierno”), que permite que pueda colocarse a la distancia de una tarjeta la bola que reposa en calle. Eso se hace marcando el lugar donde reposa, con un tee por ejemplo, limpiándola y resituándola a la distancia indicada sin aproximar la bola a la bandera. Pues bien parece impensable que en un Campo andaluz, en el mes de agosto a 30º y pasados dos meses sin llover, se aplique regla de invierno. Y es que hay aficionados que no sólo la mueven, sino que lo hacen sin marcarla antes de moverla, y la recolocan por el expeditivo método del puntapié. Vamos, como un penalti tirado por Cristiano Ronaldo: “bueno es que los sénior en mi club…”
Número de palos en la bolsa: Es súper sabido que una bolsa de golf puede llevar un máximo de 14 palos, ni uno más. Pues verá usted por ahí que, so pretexto de probar palos “demo” de la tienda del club, habrá algún jugador que porta más palos que un balcón, incluidos el paraguas y la caña para pescar bolas en el lago, actividad recreativa también prohibida por lo general, aunque en esta última norma deberíamos ser más flexible por razón de la crisis.
Jugar primero el que antes llegue al tee de salida del hoyo. Aunque, por excepción las Rules permiten, para ahorrar tiempo, que en el partido los competidores se pongan de acuerdo en un hoyo para que salga primero quien antes esté preparado, se ha extendido el llamado criterio Cola de la Charcutería: – “yo llegué primero”; sólo falta que tengamos que preguntar “¿quién es la última?
Se olvida un término muy propio de las Reglas del Golf del Royal & Ancient: el honor: “el competidor con resultado más bajo en un hoyo tiene el honor para el siguiente lugar de salida” (Regla 10-2.c.2.). Este desahogo de salir el primero que llegue aun sin honor, tan propio de salida de oficina un viernes por la tarde, es un caso paradigmático del momento de vulgaridad ciudadana vertida sobre golf: si la prisa orilla la educación, ¿qué suerte de desprecio no sufrirá algo tan en desuso como el honor?
Y el starter, los directivos, los aficionados, y usted y yo ¿vamos a dejarnos llevar? Yo prefiero la frase de Nicolas Boliau: “L’honneur est comme une île escarpée et sans bords / on n’y peut rentre dès qu’on en est dehors”.
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