Hay algo llamativo en la clasificación de la primera ronda del Nedbank Golf Challenge hosted by Gary Player (Sun City, Sudáfrica). Juegan 72 profesionales. Una mitad salió por el hoyo 1 y la otra mitad por el hoyo 10. Hasta ahí nada fuera de lo común.
Lo que no se había visto nunca es que la práctica totalidad de los que salieron por el hoyo 1, concretamente 34 jugadores, ocupan los últimos puestos. En correlación con lo anterior, los 31 primeros puestos los ocupan jugadores que habían salido por el hoyo 10.
¿Qué suerte es esa tan especial que bendice a los del hoyo 10 y esquiva a la otra mitad?
El torneo es un “hosted by Gary Player”. Y Gary Player decía aquello tan repetido por los expertos: “cuanto más practico, más suerte tengo”. Pero la acumulación en cabeza de los que salieron por el hoyo 10 no es explicable por cantidad de horas de práctica. Estos chicos practican todos más o menos lo mismo.
No es pensable que Bernd Wiesberger que terminó primero con -9 entrene menos que Rafa Cabrera Bello, el mejor clasificado de los que no salieron por el hoyo 10 que entregó un tarjeta con Par.
Entonces, ¿qué pasó este jueves en el Gary Player Country Club? He husmeado en la web del European Tour que organiza el torneo y no dice ni mu de la “coincidencia”. Sí cuenta muchas otras cosas interesantes como que este es el séptimo torneo de la serie Rolex; que el defensor del título es Alex Noren; que si gana Tommy Fleetwood nadie puede arrebatarle ese premio a la regularidad de que es la Carrera a Dubái; que los 60 primeros se clasifican para el Campeonato del Tour DP Dubái.
Incluso el simpático apartado de la web del Circuito Europeo dedicado a los números guarda silencio sobre el misterio “Salir Por El Hoyo 10 Trae Cuenta”. No les importa decir con el “número 7” que en proyección Wiesberger treparía 7 puestos en el Ranking de la Race to Dubai. O que con sus 7.833 yardas el recorrido de esta semana es el más largo de la temporada.
Pero, oigan, ¿qué secreto es ese sobre las ventajas de salir por el hoyo 10? Nada, ni una palabra. Misterioso silencio. Africano mutismo. Magia. Magia negra sudafricana. Esa es la única explicación de lo inexplicable. No hay raciocinio. No hay distribución estadística. No hay campana de Gauss que resista esta acumulación de malos por un lado y acumulación de buenos por otro según sea el hoyo de salida en algo tan aleatorio como el golf.
Todos hemos visto victorias improbables que nos maravillaron. También derrotas impredecibles que arruinaron alguna carrera. Pero son casos aislados. Hasta yo mismo pierdo alguna vez. Pero nadie puede contarme que es lógico que la práctica totalidad de los que salen por un hoyo, y no por el otro, es seguro que ganan.
Gary Player, que presenta este torneo en Sudáfrica y en un Club que lleva su nombre es un hombre lógico. Cumplió 82 años el día de Todos los Santos. Protagonizó junto a Jack Nicklaus y Arnold Palmer una época dorada del golf. Tiene frases geniales y tan provocadoras como este misterio.
Seguro que Gary no entiende lo que ha pasado. Porque él odia la falta de un proceso y los conformismos. Así se expresaba: “Para tener éxito en la vida uno debe tener determinación y debe estar preparado para sufrir durante el proceso. Si uno no está preparado para sufrir durante las adversidades, realmente no veo cómo puede tener éxito”.
No sé qué pensara el gran jugador de todos esos muchachos que pese a su esfuerzo y a su preparación han caído en apretada masa a los últimos lugares. Probablemente les aconsejaría fortaleza mental: “Una mente fuerte es uno de los componentes clave que separa lo genial de lo bueno”.
Y optimismo. Y humor: “Enjoy the game. Happy golf is good golf”, diría Gary Player. Además a esos que quedaron relegados al vagón de cola de la clasificación les queda un consuelo: mañana ellos saldrán por el Hoyo 10. Esa será la prueba del nueve de esa sorprendente ordenación de resultados.
Veremos qué pasa.
