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UN MASTERS DE RETOS

Phil Mickelson y Justin Rose atacan en Augusta. Jordan Spieth aguanta

En la tercera jornada los grandes campeones quisieron alcanzar al inalcanzable Jordan Spieth. Justin Rose (-12) en el partido estelar. También brilló Phil Mickelson (-11). Tiger Woods (-6) ha vuelto.

Hechosdehoy / José Ángel Domínguez Calatayud
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55 jugadores pasaron el corte y todos ellos, obviamente, grandes jugadores. El escenario estratégico de la tercera jornada venía ya condicionado por la importante distancia entre el líder Jordan Spieth (-14) y sus seguidores: el segundo estaba a cinco golpes; era Charley Hoffman con (-9). Así empezó el día.
 
Y desde sus comienzos batallaron con decisión y acierto en los primeros nueve. Por ejemplo, Tiger Woods que hizo 4 birdies para ponerse entonces -6. Por ejemplo Phil Mickelson que hacía en esa primera vuelta también -4, para poner el doble dígito en el tablero. Los mismos – 4 en esa parte hacía el norirlandés Rory Mc Ilroy para un acumulado de -6.
 
El que parecía pasarlo peor era el compañero de partido de Jordan Spieth. Charley Hoffman no hizo su primer birdie hasta el hoyo 8, corroídos juego y mente por los nervios de ir en el partido estelar. En esas condiciones muchas veces se mira no alcanzar aciertos como no sufrir errores.
 
Para entonces ya habían terminado su recorrido con muy malos resultados acumulados Jamie Donaldson y Graeme McDowell (+5); Darren Clarck (+6); Vijai Sing (+8) y Tongchai Jaidee (+9): otro año será, amigos.
 
Si hemos hablado de estrategia, caso aparte es el de Sergio García, precisamente porque parece no tener estrategia sino sólo tics, complejo, miedo y mirada de animalito perseguido. Si el primer día se le vio con grandes golpes y un algo de aspiraciones, después del resultado del segundo día (+2) las sombras y los fantasmas habían hecho presencia. Sergio se esconde de Augusta.

“Que Augusta no me vea” parecía el lema del sábado. O sea, pura consecuencia en su conducta de lo que él mismo había dicho: “Está muy bien pensar cosas bonitas, pero a la hora de la verdad eso no hace que los golpes sean mejores. Los demonios de Augusta están siempre revoloteando por mi cabeza y a la mínima me boicotean”. Pues, tú mismo, como suelen decir los que lo ven claro.
 

Se esconde de Augusta Sergio, porque no se siente protagonista dominador, sino víctima de aquello mismo que debía darle una serena alegría: poder jugar el sábado en el Masters. No es raro su resultado final de -1 en el día, -3 en el acumulado, muy lejos de lo que por técnica y currículo podría haber hecho.
 
Y comenzaban los últimos nueve hoyos de esa jornada de sábado en los partidos de arriba, los de los líderes. Jordan Spieth no veía disminuir de 5 golpes su ventaja sobre su perseguidores. Y poco a poco eso pareció darle una inyección de confianza extra, virtud de la que ya suele andar sobrado el joven tejano. Son 21 años de edad y se mueve por el campo como si siempre estuviese jugando entre los grandes y ¡sólo es profesional desde el año 2012!
 
Por su parte el compañero de partido de Jordan, el californiano Charlie Hoffman también fue creciendo en confianza y ya se hizo un birdie en el muy difícil hoyo 11, para ponerse en ese momento a sólo 3 golpes de la cabeza. Pero enseguida se vio la respuesta del líder con 4 birdies entre los hoyos 12 y 16.
 
Por su parte Phil Mickelson sorprendió con su mejor juego. No es Lefty de los que tiemblan, pero si de los que presentan tarjetas nada mediocres con bogeys, sí, pero birdies soberbios salidos de su wedge de 64 grados y de su manos prodigiosas.
 
Junto a todos ellos había dos australianos que jugaban la carta de la valentía en esta tercera jornada pegando  golpes de riesgo con la intención de acercarse a los puestos de arriba. Jason Day y Adam Scott lo daban todo en un intento de hacerse con este major. Pero como advertía el hidalgo del Verde Gabán a Don Quijote, “la valentía que entra en la jurisdicción de la temeridad, más tiene de locura que de fortaleza”.
 
La clasificación para la ronda final contiene dos retos: el del líder Jordan Spieth para no dejarse llevar por la jactancia o la excesiva prudencia, y el desafío de los inmediatos seguidores Charlie Hoffman y Phil Mickelson para presionar al tejano.
Lo veremos, porque 18 hoyos son muchos hoyos – long and winding road–  cuando en el último te pueden vestir la más prestigiosa chaqueta verde de los Estados Unidos. Y ahí se la jugarán en la ronda final Jordan Spieth (-16); Justin Rose (-12), Phil Mickelson (-11) y Charlie Hoffman (-10)
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