El estadounidense comenzaba la ronda final con +1, muy lejos del -15 que en ese momento lucía en la pizarra su compatriota Daniel Berger. No sabemos que pasaba por la cabeza de Jim. Acaso ni él mismo sabría decírnoslo. Pero lo cierto es que hizo birdie al hoyo 2, eagle al hoyo 3, otra vez birdie al hoyo 4, para encadenar siete birdies seguidos entre los hoyos 6 y 12; un nuevo birdie en el 16 consagró su resultado como el más bajo de la historia.
Una vuelta por el cielo del golf, metiendo putts distantes, haciendo aproches precisos como de tiro olímpico.
En Twitter Kyle Porter de la CBS cuelga el siguiente mensaje “Aproximadamente 1,5 millones de vueltas en la historia de la PGA dispara el primer 58”. Otro tuit, éste de la cuenta de Golf Digest enfatiza “Jim Furyk se ha convertido en el primer hombre en llegar a 58 (!!!) en un evento del PGA Tour y en romper el 60 por dos veces”.
Bajar de 60 golpes es una hazaña en golf. Hacerlo por dos veces no se conocía en la historia. Y lograrlo con 45 años y medio, merece un prolongado aplauso y una reflexión sobre los límites del golf y del juego de los más veteranos.
Este recórdman, en esta histórica vuelta ha cogido 13 de 14 calles y 18 de 18 greens. Y lo hace, como decimos, como un veterano, en edad y en años de juego que se hizo profesional hace 25 años. Además acredita en su biografía 17 victorias en el PGA Tour, circuito en el que tiene además 30 segundos puestos, 17 terceros y 180 Tops 10, todo ello en 554 apariciones, que le han reportado unas ganancias acumuladas superiores a los 70 millones de dólares en su carrera.
Pero, sin embargo, Jim Furyk es conocido por dos cosas que en él destacan sobre manera: su sencillez y el swing más original del circuito. No le duelen prendas para decir lo positivo de lo que ve: "ha sido un buen comienzo de año, un buen comienzo de esta semana, y espero que siga así. El recorrido está en mejor forma que nunca lo he visto. Creo que han hecho un trabajo maravilloso con la preparación del campo de golf ", decía en cierta ocasión.
Esa manera llana y transparente de conversar y comportarse le convierte en uno de los jugadores con el que los demás profesionales desean compartir un torneo en el mismo partido.
Lo del swing de Jim Furyk no es que sea difícil de describir, es que es imposible. Los curiosos de entre mis lectores pueden abrir YouTube y buscar “Jim Furyk Swing” y encontraran una larga serie de vídeos, algunos de ellos con sus correspondientes análisis de expertos.
Cabe destacar que en el golf, como en la vida, existen modelos estructurados para hacer determinadas cosas. En golf hay un modo “académico” de mover el cuerpo y lanzar las manos a través de la bola. Pero todos conocemos gente que no lo hace según el guión previsto y alcanza resultados sorprendentes.
Para todos ellos nació como justificación el swing de Jim Furyk: nada que ver con lo que hacen todos. Pero a partir de ahora, ¿quién va a toser a quien con su “extraño” swing coge 18 greens de 18 posibles?
En la vida como en el golf uno debe encontrar el mejor modo de acometer sus metas, que puede coincidir con lo que otros hacen o puede diferir de la generalidad. Cabeza, corazón y sensatez son los únicos consejeros de la libertad de espíritu que líderes como Jim Furyk ejercen con naturalidad.
El resto del Travelers Championship ha quedado en el espacio sombrío después de los luminosos récords de la mañana. Jon Rahm (-7), el único español en Cromwell ha hecho un papel muy bueno aunque a él pueda parecerle soso después de que empezó el torneo en la cumbre.
La ronda final tenía por la tarde varios profesionales empatados en un acumulado de -13, Jerry Kelly, Russell Knox y Russell Henley el combativo joven estadounidense.
Finalmente ganó Russell Knox (-14)con un gran putt en el último hoyo que impulsó al victorioso escocés a lanzar la gorra con irreprimible entusiasmo.
Pero, insisto, este día era el día de Jim Furyk y el récord que llegó del cielo. Del cielo en medio del trabajo, porque, como ha explicado en una entrevista en televisión, él notaba estos días que no estaba golpeando bien a la bola. Y el sábado, después de su vuelta, se fue al campo de prácticas para estudiar qué le estaba ocurriendo. Y percibió una descoordinación que corrigió recortando la amplitud del swing.
Y el domingo se fue a por las banderas y venció al campo. Y derrotó a la historia.