La ronda final del PGA Championship coincidía en fecha con la festividad de san Ignacio de Loyola, quien escribió que “en tiempo de desolación no hacer mudanza”. Y parece que tan ignaciana sentencia inspiró a la Organización del torneo para no recuadrar los partidos para el último día en función del resultado final, sino dejar el orden en el que habían jugado la tercera ronda.
Sensata medida que, no sólo daban cumplida perfección a las palabras del santo de Azpeitia – que continuaba diciendo “mas estar firme y constante en los propósitos y determinación en que estaba en día antecedente”-, sino que daba margen para concluir el campeonato el propio domingo.
Lo que no es poca cosa porque los paraguas continuaron abiertos el domingo. Pero no cayeron rayos. Y luego se cerraron. Springfield no es Cherburgo.
Eso sí, los horarios se apretaban y una docena de jugadores tuvo jornada doble para jugar la tercera y cuarta ronda – 36 hoyos en total – en el domingo.
.- Pobrecitos – me dice Margarita – estarán agotados y eso es una desventaja.
Yo le tranquilizo pensando que para estos campeones hacer dos vueltas al campo en el mismo día no es como para llamar al 112. Pero bueno, si es más carga en el mismo día.
Entre los primeros en terminar la ronda final figuraba el español Rafa Cabrera Bello, que con una vuelta de 67 (-3) terminaba con -1 en el total. Y derrotó al campo del Baltusrol Golf Club. Rafa “Nunca-Me-Rindo” Cabrera Bello ya ha justificado de sobra este apelativo cariñoso con el que le nombro.
En este campeonato ha ido de peor a mejor con tarjetas de 72-70-70-67. Además, en la última jornada, empezó con doble bogey en el hoyo 1 y bogey en el hoyo 3. Pero el canario puso pie en pared. Desde ese momento no produjo ningún resultado superior al par, e hizo birdies a los hoyos 5, 6, 11, 13, 16 y 18. Tiene toda la pinta de que lleva inyectada en su moral deportiva un buena dosis de entusiasmo de cara a los Juegos Olímpicos. Buena suerte, para Río, campeón.
Entre los jugadores con serias aspiraciones a la victoria antes de comenzar los partidos finales estaba un quinteto formado Jason Day, Henrik Stenson, Jimmy Walker, Hideki Matsuyama y Brooks Koepka. Este último jugador presenta un notable catálogo esta temporada.
Clasificado en el nº 22 de la FedEx Cup y 18º del Ranking Mundial, de 16 apariciones en el Circuito Americano acabó 8 en Top 25; 5 en Top 10, 1 fue tercer puesto y alcanzó 2 segundos puestos, muy recientes por cierto: ambos en junio: en el AT&T Byron Nelson (perdió en el Play Of contra Sergio García) y en el FedEx St. Jude.
En su carrera golfísticas Brooks Koepka tiene una conexión española. Se hizo profesional en 2012 y jugó el European Challenge. Pues bien, su primer triunfo ese mismo año, en septiembre, fue el Challenge de Catalunya. Al año siguiente, ganó el Fred Olsen Challenge de España con un total de 260 golpes (-24) que suponía el récord de ese circuito, haciéndolo por una diferencia de 10 golpes, lo que constituía otro récord.
Brooks Koepka, todo un personaje, podría haber sido seguidor del Atleti de Bilbao, pero lo es del Manchester United y de los Angeles Lakers. Residente en Florida donde nació, su dedicación preferente cuando no tiene que competir es estar con su familia y jugar algún partido de diversión con su hermano pequeño Chase.
Un último dato: Brooks Koepka quedó 5º el año pasado en el PGA Championship y supo cuál es el aroma de la victoria en un grande, tan cerca lo tuvo. Cuando ya había completado la mitas del recorrido seguía a 2 golpes de la cabeza, después de 9 pares seguidos, efectuados sin ningún susto.
Por todo ello se veía con posibilidades de obtener su primer major en el PGA Championship de 2016. Para lograrlo, este largo domingo necesitaba algunos permisos. Para empezar el de los mejor clasificados que venían fuerte.
Fue un domingo raro e intenso. Springfield no es Cherburgo, ni tiene a Catherine Deneuve para cantar los Paraguas de Cherburgo – Ils se sont séparés le quai d’un gare/ Ils se sont éloigné dans un dernier regard – pero la victoria sí es un tren que puede dejarte como una última mirada, en el andén de la estación, como Jason Day y el propio Brooks Koepka vivieron en su corazón.
Brooks Koepka (-9) porque no resistió sin errores hasta el final: hizo bogey en los hoyos 11 y 16 y dos birdies en el 15 y en el 18, para cerrar al par en el día.
El juego de Jimmy Walker, el hombre que sonríe poco y camina lento, como sin gravedad, como en el espacio exterior, también anuló el portentoso juego desplegado por el número 1 del mundo Jason Day, incluido el eagle del último hoyo.