Negociar un Acuerdo de Libre Comercio o la modalidad que se elija con Haití bajo la condición “pari passu”, tendría que ser negociado vía la Comisión Nacional de Negociaciones Comerciales (CNNC) del ministerio dominicano de Relaciones Exteriores, pero entiendo, asimismo, que estas negociaciones encararían posiblemente un camino lleno de obstáculos técnicos por la disparidad comercial entre ambos países.

Como pre-condición negociadora estaría el levantamiento de la veda de los 23 productos puesta en vigencia por Haití el 1 de octubre. La República Dominicana tiene que tener en mente, sin embargo, la condición de Haití de País Menos Adelantado (PMA) lo que le otorga un tratamiento especial y diferenciado en el esquema global de negociaciones.

Admito que cualquier modalidad negociadora con Haití sería incomoda y llena de sobresaltos, debido a una habilidosa práctica política ya conocida, de aceptar por un lado, y desconocer por otro, los acuerdos. En verdad, en mi opinión, decir que pudiéramos llegar a un tipo de acuerdo comercial ventajoso de ambas partes lo veo por ahora como una eventual quimera. Quisiera estar equivocado.

Empresarios haitianos se han quejado de un trato no reciproco de acceso a mercado a una serie de productos de fabricación haitiana en nuestro mercado. Eso al menos lo han expresado en diversas oportunidades. Lo decimos para que no se produzcan sorpresas cuando se negocie con Puerto Príncipe un acuerdo comercial de mayor profundidad y transparencia.

La estrategia dominicana debe definir desde un principio la parte más difícil y engorrosa de la negociación como sería qué renglones tendrían, cuotas, licencias, acceso asimétrico, tratamiento arancelario o en fase escalonada, etcétera, al presentarse por ambos lados sus respectivas listas positivas y negativas.

Dejar para lo último lo que podría ser la parte difícil, sería entonces un error estratégico de la contraparte dominicana que no debe suceder, y no repetir, lo que sucedió en las negociaciones que derivaron en un Tratado Comercial con Estados Unidos y Centroamérica, mejor conocido como DR-CAFTA, por sus siglas en inglés.

Y para eso recordamos el tratamiento de la cuota azucarera que recibió el país comparado con lo negociado por los centroamericanos, a título de ejemplo. Un punto a favor del país ante una eventual negociación comercial es que ofrezcamos cooperación técnica y económica para modernizar las aduanas de los dos lados. Creo que esta última acción debe ser una prioridad estratégica para comenzar con buen pie el ordenamiento institucional entre los dos países.

 – Ver en Hechos de Hoy, Trabas al comercio en la frontera de República Dominicana y Haití.