A él sólo han accedido los 30 mejor situados en la clasificación de la FedEx Cup, tras la anterior competición, celebrada hace dos semanas, el BMW Championship. También aquí, en Atlanta, se dilucida quién se llevará la FedEx Cup, torneo a la regularidad, que ofrece a quien lo obtenga el mayor cheque de golf del año: 10 millones de dólares. El resto de jugadores se reparten el resto de la bolsa de 35 millones, en cantidades decrecientes en función de sus posiciones relativas en la tabla.
Por ejemplo, el segundo “sólo” se lleva 3 millones; el tercero 2 millones, y el décimo 500.000 dólares.
A Sergio García, que quedó eliminado en la anterior confrontación le correspondieron 155.000 dólares. Habría que añadir que el Tour Championship contribuyó en 2015 con 2,5 millones a obras altruistas (charity) y que la cifra total destinada desde 1998 a la solidaridad local y nacional supera los 26 millones de dólares, cursados a través de la East Lake Fundation.
Pero, dejemos la poesía y volvamos a ese precioso campo. East Lake fue construido a las afueras de Atlanta y que se encargó el diseño de su recorrido a Tom Bendelow. La inauguración del recorrido tuvo lugar un 4 de julio de 1904. Entre los asistentes había un niño de 6 años que daría gloria a ese club al golf de los Estados Unidos: Bob Jones. El Club es un relicario de la fama de este grande entre los grandes. El recorrido fue rediseñado en 1913 por el prestigioso arquitecto Donald Ross.
Desde entonces hasta hoy un siglo de golf a visitado con sus éxitos este campo donde, como hemos dicho, el número uno de su historia es Bob Jones. Su padre, “Colonel” Robert P. Jones fue director de East Lake durante 38 años y los presidió de 1937 a 1942. Bob fue presidente los años 1946 y 1947.
Ahora, con el golf extendido por toda la geografía y con el patrocinio de Coca-Cola (Atlanta es Coca-Cola), asistimos a la emoción de los finales, de esos instantes que sólo tienen un después cortante. Nada le sigue. Se acabó. Pasado el domingo la FedEx Cup 2016 pasará a las enciclopedias y libros de golf, pero no soplará el viento de Georgia sobre la mismas cabezas.
Y en esta ocasión irrepetible – ¡cuál no lo es! –defiende título Jordan Spieth, al que los entendidos no dan favorito. Los entendidos señalaban a Dustin Johnson, a Jason Day o Rory McIlroy.
Con sólo 30 jugadores en el Tour Championship no hay corte: todos jugarán los cuatro días. Por la configuración aritmética de la fórmula algebraica sólo los cinco primeros de la clasificación FedEx dependen de sí mismos para alzar la FedEx Cup; cualquiera de esos cinco si gana el Tour Championship gana la FedEx Cup. El resto estará al resultado de los demás.
De ese quinteto, después del segundo día sólo Dustin Johnson (-7), que va primero, ofrece una imagen impecable. El que iba cuarto en la FedEx Cup, Jason Day, se retiró – es la segunda vez consecutiva – por lesión en la espalda cuando jugaba el hoyo 8 y ya nos dice adiós. Patrick Reed 2º en la lista de la FedEx Cup, iba a 10 golpes del líder Dustin Johnson; Adam Scott, 3º iba a 7 golpes; y Paul Casey, 5º quedaba a 5 golpes.
Pero faltan dos días, y en la lucha por la victoria Kevin Chappell (-6) no ceja en su empeño. Podría el de Fresno dar la campanada, pero necesita que otros fallen. Y, ya lo saben, un caballero nunca se alegra de la desgracia de un compañero competidor. Kevin no ha nacido un 4 de julio, como en película de Oliver Stone, como el campo de East Lake. Él nació un mes después, un 7 de agosto como el doble ganador de la Maratón olímpica, Abebe Bikila, un héroe etíope que corría descalzo.
Tras un grave accidente que le dejó parapléjico declaraba con sencillez: “Los hombres de éxito se unen a la tragedia. Fue por voluntad de Dios que gané los Juegos Olímpicos, y fue por voluntad de Dios que me encontré con mi accidente. Acepté esas victorias como acepto esta tragedia. Tengo que aceptar ambas circunstancias como hechos de la vida y vivir feliz”.
Así, que no ganar el Tour Championship tampoco debe significar abrir la puerta al fin del mundo.