Ya hemos dicho en otra ocasión que una de las características más notables del Circuito Europeo es que no suele jugarse en Europa casi nunca: bueno, exactamente 22 torneos de 49.
No es algo exclusivo de este exclusivo deporte. De hecho Europa es cada vez menos europea y, desde luego, cada vez menos significativa e influyente. Como esto no va de geopolítica, invito a mis lectores a darse un garbeo por las páginas internacionales y comprobar lo poco que pinta – y cuando pinta algo el nulo caso que le hacen – en los escenarios bélicos, comerciales y deportivos. Este patio de vecinos viejos y quisquillosos que llamamos Europa conserva, empero, un nombre, algo así como el honor de los Prizzi.
Por otro lado, no hay que rasgarse con indisimulado escándalo las vestiduras: en un mundo adorador del Marketing no es nada sorprendente que se llame Circuito Europeo a una cadena de torneos que se celebra en Asia y África. No, no es nada raro ni inusual. Y, que nadie se moleste, pero desde los inicios del Hombre y la Mujer en la Tierra esto de llamar a las cosas por un nombre diferente para darles prestigio es cosa común cuyo copy right pertenece, casi con seguridad, a Satanás.
Acuérdense si no de la primera presentación de producto (product launch) de este padre de la mentira que lo inventó en aquel lamentable incidente de la manzana, dentro de su siniestra campaña de ventas (sales campaign).
De momento dada la importancia de su cartera de clientes (client portfolio), que era toda la Humanidad existente en el momento de la demostración (demonstration), no dejó ésta, para él importante acción de marketing, a sus fuerzas de ventas (sales forces), constituida por oscuros y viscosos personajillos de segundo y tercer nivel. Como es de sobra conocido para los asiduos de la Biblia, él mismo, disfrazado de serpiente, argucia típicamente comercial, se acercó a casa de los clientes (sales territory) en la calle Paraíso, s/n, y encontró allí a Eva (sale target) en el Jardín del Edén, del que podía comer de todo, menos de los frutos del árbol del Bien y del Mal.
La serpiente, en el que, hay que reconocerlo es el más difícil modo de venta, el de puerta a puerta, boca a boca (word of mouth selling), arguyó a la joven con especificaciones fuera de catálogo y con un producto de reclamo (loss leader) en forma de manzana del citado Árbol y le contó lo que en argot se conoce como una milonga: “seréis como dioses”.
El ensoberbecido eslogan, bajo diversas formas verbales y con distintas imágenes de deidad perdura hasta ahora en no pocas campañas de marketing y nombres comerciales, dependiendo de cada producto o servicios: “te da alas”; “impossible it’s nothing”; “porque yo lo valgo”, “no renuncies a nada”; “a diamond is for ever”; “a cinco minutos del centro”; “republica popular y democrática de ….”.
Los deseos de eternidad, de poder y de admiración esos sí que parecen no tener límite. Y Europa conserva ese halo de prestigio que le permite todavía – ¿por cuánto tiempo? – ser compartido por otros continentes en algunos deportes, como por ejemplo – un, dos, tres, responda otra vez – golf.
Y ahí estamos antes de viajar la próxima semana a Hong-Kong, en este otro paraíso del golf y del descanso que es Vilamoura. Tras la tercera jornada, el líder es el inglés con cara de gracioso de cuento de Dickens, Andy “Simpatía” Sullyvan (-18).
Pero la buena noticia es que en el partido estelar le acompañará el segundo clasificado Eduardo “Paciencia” de la Riva (-13); el jugador del Prat ha hecho una gran jornada contra el viento atlántico, logrando seis birdies. Y, la buena segunda noticia es que en tercera posición se encuentra Jorge “Paso a Paso” Campillo (-12). El cacereño caminaba concentrado y sereno como si el vendaval fuera brisa siempre favorable. Y lo que es una fortaleza para él es la serenidad desplegada en cada hoyo.
A ver que ocurre en la jornada final. Se puede soñar, ¿por qué no? También el marketing tiene esa magia de la imaginación creativa y estamos en el Circuito Europeo. Y España entera es de Europa: ¿a que sí?
