No sé si es ilegal felicitar al gobierno andaluz en plena campaña electoral. Tampoco sé si mi alabanza le dará más votos o se los restará, ni si con ello obtendrá la mayoría absoluta o tendrá que pactar con alguien. Pero lo que está bien, está bien, venga de la izquierda que venga. Así que sin más preámbulos ahí va mi felicitación: ¡Enhorabuena para don Luciano Alonso, Consejero de Turismo de la Junta de Andalucía!
Y ¿por qué estos aplausos?, ¿por qué hacerle la ola y lanzar fuegos artificiales? Pues les copio el titular del diario Málaga Hoy: “Turismo lanza un plan para dar a conocer el golf andaluz entre 650.000 jugadores germanos”; y luego, en la entradilla, el enviado especial añade: “La Junta invertirá 63.000 euros en patrocinios y acciones, como la presencia en la Solheim Cup 2015”.
Los mal pensados, si es que los hubiera, podrían argumentar de contrario que eso es una gota de agua en el desembalse masivo y preelectoral de 1.400 millones de euros (1,394,33 millones, para que el diablo no se ría de la mentira) con el que la Junta de Andalucía ha inundado las orillas del voto cautivo y del voto por cautivar: ya se sabe, el 22 de marzo tocan elecciones autonómicas y ¡ala!, ahí van cataratas de euros. Un auténtico chaparrón.
Y si “chaparrones de mayo lavan los pinos” que cantan en la Ermita, 63.000 euros en patrocinios y otras acciones bien pueden iluminar los colores del turismo de golf. Y al hablar de colores no podemos olvidar que a los economistas les gusta hablar de brotes verdes cuando los números rojos comienzan a ponerse primero de color naranja y luego azul. Y esto, después de pasarlas negras, puede ser una gran noticia, que si no es para ponernos morados sí para pasar del rosa al amarillo.
Porque la misma Junta que, en 2012, enterró de una palada el apoyo de tres millones de euros al Andalucía Masters y dejó a cero euros (0) su contribución al Open de Andalucía para 2013 y 2014 ahora riega con unos miles la promoción turística del golf. ¡Viva! Bienvenida sea esa cantidad si es para mejorar las entradas de alemanes que juegan al golf. Porque si ahora son ellos, luego pueden ser los ingleses y los americanos y, por qué no, más adelante podrán jugar, en pleno apogeo, hasta los profesionales.
La información complementaria da cuenta del acuerdo de la Junta con el mayorista Proscott que el año pasado envió 3.250 alemanes a Andalucía y un patrocinio de la competición Derpart Golf Club que organiza el grupo turístico DER Touristik y en el que participan 600 jugadores.
Pero entre todas las iniciativas de esta subida de fiebre golfística quizás sea la más relevante la presencia de la imagen de Andalucía en la Solheim Cup, torneo que enfrenta a los equipos femeninos de golf de Europa y América. Este premio se disputará en el Sankt Leon-Rot Golf Club del 18 al 20 de septiembre. Ciertamente, si las previsiones de seguimiento por televisión – 608 millones de hogares, oiga – se cumplen, el impacto es indiscutible… para el turismo hacia Alemania y la preciosa región del valle del río Neckar, al sur de Heildeberg, que es lo que, previsiblemente, más verán en esos cientos de millones de hogares.
Ánimo pues, Sr. Alonso, y los siguientes patrocinios mire a ver si le dan para recuperar el Andalucía Masters y el Open de Andalucía y entonces verá lo que es impacto, imagen, marca y prestigio cuando paseen por estas tierras del Sur las primeras figuras del golf mundial.
Mientras tanto, y pensando en la Solheim Cup, es más probable que allí la imagen de Andalucía y España reluzca no tanto por el pellizco de monja económica de la Junta, cuanto por el golf de nuestras chicas. Si logran la clasificación o son elegidas para formar parte del Equipo Europeo, podremos ver a dos pedazo de andaluzas con gran juego y un ángel personal realmente atractivo.
Me refiero a Belén Mozo (Cádiz, 1988) y a Azahara Muñoz (Málaga, 1987) que mientras escribo se ha asegurado partido estelar en Singapur con otra española, Carlota Ciganda y la coreana Inbee Park.
De verdad, Consejero, si quiere que Andalucía y sus 108 campos de golf reluzcan internacionalmente, además de llamar a la puerta de Baden-Württenberg, que está muy bien, abra los brazos al golf nativo amateur, profesional, femenino, masculino y sénior – ¡una mina! – y, desde luego, enmiende a su predecesor recuperando el Andalucía Masters y al Open de Andalucía, por sí, para España y la Humanidad.
Como escribió el escritor nacido precisamente en Heidelberg, Ernst Jünger, “un error sólo se convierte en falta cuando se persevera en él”.
