La atención política en España, tras los comicios en Cataluña, es candente desde la primera hora de este largo lunes 28 y se proyecta en los mercados, las Bolsas en Europa y la evolución del IBEX 35. El mejor termómetro fue comprobar cómo cedió la presión en torno a la prima de riesgo (de 140 a 133) y el bono español a 10 años (del 2% al 1,93%) (ver en Hechos de Hoy, Cede la prima de riesgo tras la derrota de Artur Mas y la victoria de Albert Rivera). Pero es una muy compleja crisis de gestión con tambores de necesidad de agotar la legislatura y precipitar los comicios lo antes posible.
En Barcelona, Artur Mas está en una precaria situación política. Tiene inicialmente el apoyo de Oriol Junqueras (ERC) pero no el de Antonio Baños (la CUP). Su futuro está abierto alimentando el rumor de una n ueva vida en Canadá.
En Madrid, en una declaración inicial en La Moncloa, el presidente del Gobierno advirtió que no está dispuesto a permitir que se liquide la ley.
Aseguró, en su mensaje, que sólo cuatro de cada votantes han apostado por un programa rupturista en Cataluña. Llamó al nuevo Gobierno de la Generalitat a ser el de todos los catalanes. Pidió a la vez que se "sustituya el monólogo por el dialogo constructivo". "El Gobierno de la Generalitat va a encontrar toda la colaboración de mi Gobierno, siempre dentro de la ley", dijo el presidente del Gobierno.
"Lo que estoy dispuesto es a escuchar, a hablar, no a liquidar la ley", subrayó Mariano Rajoy. "Las pretensiones de algunos están fuera de la ley y ahora se ha demostrado que no tiene el apoyo de una mayoría de ciudadanos", fue su lectura de los comicios.
Insistió que los resultados demuestran que la independencia no era posible legalmente y que "los partidarios de la ruptura no tienen el apoyo de la mayoría de la sociedad catalana".
Mariano Rajoy siguió atentamente el desenlace de los comicios, en la tarde noche del domingo desde la sede del Partido Popular. Esta tarde el Comité Ejecutivo Nacional del Partido Popular examina una situación abierta y en marco de crisis de Estado. Aunque no se diga en voz alta, se ha abierto un complejo escenario para el Partido Popular y el presidente del Gobierno, con interrogantes en muchas direcciones.