Afortunadamente, no es infrecuente la aparición de noticias sobre nuevas investigaciones y avances en la lucha contra el Alzheimer. No es raro encontrarnos con ellas en prensa digital y escrita y en televisión. nuevos medicamentos, nuevas terapias, alimentos que ayudan o actividades positivas para la ralentización de la enfermedad.

Y entre ellas me ha llamado la atención una noticia sobre el efecto beneficioso del ejercicio físico, practicado de manera moderada y continua. Ya conocía otros estudios que habían probado la eficacia del ejercicio físico en la creación de nuevas neuronas, pero la investigación de la que os hablo ha probado como el ejercicio potencia las funciones cerebrales y ayuda a prevenir el Alzheimer.

El proyecto de investigación, realizado por la Universidad de Maryland, EE. UU., ha demostrado que el ejercicio puede mejorar las funciones cerebrales de personas con deterioro cognitivo leve, frenando su avance más, incluso, que los fármacos.

El experimento, realizado con pacientes de 60 a 88 años, consistió en hacerles ejercitarse de manera regular durante 30 minutos, 5 días a la semana, durante 12 semanas.

El autor del estudio –J. Carson Smith– dice que los resultados de su trabajo muestran que el ejercicio tiene la capacidad de mejorar la eficiencia neuronal en adultos mayores cognitivamente intactos y mejorar la eficiencia neuronal en aquellos con deterioro cognitivo leve. “Lo que demuestra que el ejercicio es un mecanismo posible para frenar el deterioro cognitivo”.

Los expertos observaron, a través de resonancias magnéticas, que el ejercicio físico fue capaz de generar mayor actividad en 11 regiones cerebrales en ambos grupos. Las regiones del cerebro que mostraron mayor eficiencia fueron las relacionadas con el Alzheimer, como la región precuneus, el lóbulo temporal y la circunvolución (giros cerebrales) del hipocampo. Y además ambos grupos tuvieron una mejora en su salud cardiovascular de un 10% aproximadamente.

Los expertos advierten que, de todas las opciones probadas contra el deterioro cognitivo, el ejercicio físico ha sido el único que ha demostrado buenos resultados. “Una vez que la persona ya tiene Alzheimer no hay nada que lo detenga, pero el ejercicio físico mitiga los síntomas”, advierten.

Cuando hablamos de pacientes ya diagnosticados, la combinación de ejercicios y rehabilitación cognitiva ha mostrado un efecto multiplicativo para el paciente. “Existen elementos bioquímicos que se liberan con el ejercicio, que permiten mantener en equilibrio factores tróficos del cerebro, que son los que permiten mantener su volumen. Y esas sustancias se liberan cuando se realiza ejercicio”, explica el neurólogo.

150 minutos semanales de ejercicio pueden marcar una diferencia importante para nuestra salud neuronal.