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MI PEOR ENEMIGO SOY YO

Victor Dubuisson, “Mosquetero Solitario”, gana el Turkish Airlines Open

Al término del torneo, el jugador francés Dubuisson, no ha podido contener las lágrimas. Nada más sacar del hoyo 18 la bola se conmovió profundamente.

Hechosdehoy / José Ángel Domínguez Calatayud
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Apenas pudo cumplir la cortesía de dar la mano a sus compañeros contrincantes, Kiradech Aphirbarnat (-20) y Jaco Van Zyl (-21), y entre sollozos se abrazó a su preparador, Benoit Ducolombier. Quienes desconozcan los avatares de Victor Dubuisson (-22) se habrán extrañado de un reacción emocional tan inusual en el golf.
 
Pero es que el golf profesional se está volviendo más exigente cada vez. Los campeones empiezan a serlo a temprana edad y lo logran a base de sacrificar parte importante, de su niñez y de su primera juventud. El golf es ya de alta competición y de intensa competencia. Y hoy ganas, pero mañana, y pasado mañana y al otro no pasas el corte. Hay dolorosos tránsitos del desierto.
 
Victor Dubuisson, nacido en Cannes (Francia), tiene 25 años y es profesional desde 2010. Hasta que este lunes se actualice el Ranking Mundial, ocupa el puesto 69º, del que mejorará por debajo del 50º. Con su triunfo del domingo en Antalya (Turquía) será 7º en la Carrera a Dubai del que este torneo era la primera etapa. Pero, ¿por qué llora el campeón francés? Pues por lo que hemos escrito más arriba: hay dolorosos tránsitos del desierto en la vida de un profesional del golf.

En el caso del joven galo, el paseo por la aridez ha sido largo desde que rápidamente alcanzó la cima de la popularidad y su primer triunfo: en 2011 alcanzó 3 puesto en el Top 10 europeo; en 2012, 4 Top 10, incluyendo un tercer puesto. Y su mejor año fue 2013, donde estuvo 7 veces en el Top 10, pero es que fue 3 veces 3º y obtuvo su primera victoria. Esa victoria, obtenida en el mismo torneo que la de este fin de semana, el Turkish Airlines, marca el punto más alto: pasó de ser el nº 220 del Ranking Europeo en 2010 a ser el 6º.
 

Ciertamente, podría objetarse que su mejor momento fue el año 2014, que llegó a ser 5º en el Ranking Europeo. Eso fue gracias a sus 8 posiciones en el Top 10, de las que 4 fueron en el 2º puesto. Pero eso mismo subraya la dureza. Para cualquiera quedar segundo cuatro veces en un año en el que has jugado 23 torneos parece una gran cosa.
 
Sin embargo, el que compite, lo hace para ganar. Y se gana haciendo pocas: dando pocos golpes para completar el recorrido. Y eso un jugador lo nota. Un jugador sabe si está jugando para hacer pocos golpes. Un dato: Victor Dubuisson ha ganado el Turkish con -22. Pues bien, en todo este año sólo hay un torneo en el que estuvo cerca de esa cifra; y fue el 18 de enero: -16 en el Abu Dhabi HSBC, para quedar cuarto empatado.
 
En la ronda final, Victor Dubuisson ha experimentado la dureza de tener que remar contra el campo y ver que los líderes parecían inalcanzables. Sobre todo, cuando después de comenzar con 3 birdies en los tres primeros hoyo cometió doble bogey en el hoyo 5 y bogey en el hoyo 7. Dos errores tan seguidos en el primero o segundo día no desestabilizan apenas, pero en la cuarta y última jornada es un jarro de agua fría, es volver a la casilla de salida cuando no quedan sino unos pocos turnos para terminar la partida.
 
Pero por esto se llama Golf y no se llama La Oca. El francés sacó su genialidad con golpes imposibles entre árboles que recordaban a aquel partido de Matchplay frente a Jason Day y se puso pegado a líder, el sudafricano Van Zyl, y le adelantó como una exhalación en el hoyo 17, para rematar en el hoyo 18, par 5, en cuyo green se metió de dos golpes, mientras su oponente se iba al rough. Fue valiente Victor Dubuisson con su driver de salida que le dejó a 175 metros: allí en vez del hierro 6 de días anteriores, con el viento a favor y la adrenalina ardiendo en al venas cogió menos palo, el hierro 8, botando la bola en su sitio que rodó hasta cerca del hoyo.
 
Sí explotó en llanto porque, cómo respondió al diario deportivo L’Equipe, la segunda victoria presiona más que la primera. Y cuando le interrogan sobre lo que significa haber ganado a Rory McIlroy y a Tiger Woods en 2013, señala el verdadero rival: “Yo no he batido hoy Rory McIlroy. Hoy he derrotado al recorrido, y me he vencido a mí mismo. Porque mi peor enemigo sobre el terreno soy yo mismo”.

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