Desde el jueves el Circuito Europeo se adentra en la tierra de clanes de los Scott, es decir, Scotland, en castellano Escocia. Allí los pictos y los gaélicos dieron sus quebraderos de cabeza al Imperio Romano que ya ocupaba con menos preocupaciones las actuales Gales e Inglaterra.
Pero los escoceses de aquella época eran bastante menos negociadores que, por ejemplo, los andaluces. Su romanización duro años y necesitó que los ejércitos mediterráneos construyeran para la propia defensa el Muro de Adriano primero, y el Muro de Antonino más tarde. La cosa estuvo más calmada con Septimio Severo, hacia el año 210, a cuya esposa, la siria Julia está dedicada la novela de Santiago Posteguillo que ganó este año el Premio Planeta: “Yo, Julia”.
Pero la Historia de este bello territorio, origen de dragones y leyendas, estuvo plagada de guerras. La literatura se ha ocupado con asiduidad de los escoceses narrando las peripecias de personajes como Rob Roy o William Wallace. De este último los que van más al cine que a las librerías tendrán grabadas en la retina las imágenes de Mel Gibson que encarnó al personaje en su enfrentamiento al rey inglés Eduardo I.
¡Cómo olvidar su arenga en el campo de batalla y el grito feroz!: “Alba gu bràth”, que traducido del gaélico escocés clama por la fidelidad, “Escocia hasta el Juicio Final”.
Pero la vida imita al golf donde, en general, todo se resuelve pacíficamente. Las diferencias deportivas tienen vías de solución prescriptivas de conductas caballerescas. Así lo disfrutará la afición golfística en The Renaissance Club (North Berwick) donde se celebra el Aberdeen Standard Investments Scottish Open, prueba del Circuito Europeo.
El Scottish Open es, además, la tercera prueba de las Series Rolex que, como la anterior celebrada en Irlanda, está dotada de mejores premios que las citas comunes (el ganador se lleva 1.166.669 dólares) y otorga más puntos para la Carrera a Dubái.
Esto, más el hecho de que a la semana siguiente tenga lugar el Open Championship, ha concitado el interés de jugadores punteros de la otra orilla del Atlántico. Han confirmado su asistencia Matt Kuchar, Rickie Fowler, Justin Thomas y Jimmy Walker entre otros.
Por parte europea estarán lógicamente los principales de la lista de la Carrera a Dubái: Matt Wallace (nada que ver con el William del mismo apellido de Breaveheart), Shane Lowry y Bernd Weisberger.
Son siete los convocados de España. En primer lugar Rafa Cabrera Bello, que ganó este premio en 2017; con él estarán Jorge Campillo, Nacho Elvira, Pablo Larrazábal, Álvaro Quirós, Adrián Otaegui y Gonzalo Fernández Castaño. Podrían ser ocho si falla alguien pues Alejandro Cañizares es el primer reserva.
Y yo me voy también a Escocia. No me acompaña mi bella y acaudalada prima Margarita. Ella se queda con Trici, segunda fortuna de la provincia y esposa de mi primo Gonzalo, cerrando algunos flecos financieros que les ahorraran a todos ellos unos cuantos miles de euros aprovechando la modificación del impuesto de transmisiones patrimoniales, que hay que agradecer a las políticas de generosa liberalidad de los actuales gobernantes de la Junta de Andalucía.
A lo que iba. Que me marcho como parte del equipo que representará a mi Club en la copa recién creada por nosotros y que hemos bautizado como Barrel Cup (Copa Barril). Se disputará contra el equipo de la Crail Golf Society. Y es que a nosotros y a los de Crail lo de una jarra de clarete nos parece poca cosa y preferimos el tonel, que ya ha viajado a Escocia lleno de fino. Si ganan los anfitriones se beberán el vino de Jerez y, en el siguiente encuentro dentro de dos años en nuestro Club, lo traerán lleno de whisky.
Ambos torneos aunque coincide en fechas, no coincide en lugar. Nos separarán las aguas del Firth of Forth (Estuario de Forth) en su final desembocadura en el Mar del Norte. El Scottish Open se celebra en North Berwick en el extremo sur del fiordo, mientras que la Barrel Cup la disputaremos en el extremo norte, junto a Saint Andrews. Un mar tenebroso de oscuro y frío lecho volcánico se interpone entre el Scottish Open y la Barrel Cup. Pero nos une el cálido amor al golf.
No deja de ser hermoso pensar que dos pruebas tan importantes tendrán lugar en el reino oriental de la Escocia que los pictos denominaron Alba. Es un sugerente nombre el de Alba para un reino donde el golf amanece en la misma orilla del mar.
¿Y qué me dicen de ese placer de jugar con ropa de abrigo en pleno mes de julio? Para no perdérselo.