Una de las ventajas sociológicas de la Ryder Cup para Europa es que nos hace sentirnos europeos. Es más: es el único momento en que pensamos en europeo. Sólo en el golf, sólo en la Ryder un aficionado europeo se siente europeo.
Los constructores de la Unión Europea y los políticos que les siguieron no estuvieron muy despiertos: si en vez de comenzar por la Comunidad Europea del Carbón y del Acero (CECA, 1950); si en vez de los Tratados de Roma (1957) y las ampliaciones, hubieran promovido, por ejemplo, la Copa Euroasiática de Golf, en este momento el sentimiento europeísta sería universal en el Continente. Vamos, que nada de Brexit y otras tonterías.
Eso es historia ficción de la Ryder. Porque a este lado de la realidad se jugó el segundo día del prestigioso torneo, con la sesión de foursomes por la mañana y la de fourballs por la tarde. Y ¿qué ha sido lo más interesante de esta jornada?
He debido formular la pregunta en alta voz mientras la escribía, pues inmediatamente ha intervenido mi bella prima Margarita, que la tengo sentada a mi lado leyendo un libro que parece de golf; se titula “Lo que el viento se llevó” y cuya autora, probablemente exjugadora de la LPGA, es Margaret Mitchell. Tengo que confirmar el dato.
Pues decía que mi prima me interrumpe para responder a la cuestión:
.- Hombre, primo, lo más interesante de la jornada y de toda la Ryder es la indumentaria del Equipo Europeo.
.- ¿El uniforme? ¿? – me sorprendo.
. – Sin duda, sin duda – sentencia mi más linda pariente -. El traje a medida, bien cortado con su polo gris perla, con pantalón gris piedra y un cinturón también gris, denota bien a las claras que han debido despedir al que les vistió de esperpento para la Ryder anterior. ¿Te acuerdas de aquellos azules inverosímiles con toque de cruz blanca de San Andrés tipo guiño independentista escocés?
.- Chica, no es para tanto…
.- ¡Que no es para tanto! En cuanto vi que habían nombrado vicecapitán a Ian Poulter, temblé. Pero se ve que le “Ejecutiva” le ha apartado de las responsabilidades de Estilismo, Sastrería, Peluquería y Maquillaje.
.- Sí – le confirmo -, lo tenemos de Delegado de Arengas y Cantos de de Animación. En eso es un crack.
Volviendo al texto, el mejor resultado de la mañana (foursomes) fue el 4&2 de la pareja McIlroy/Pieters. El belga está siendo la revelación, sobre todo por lo serio y comprometido que juega. Los dos no dejaron respirar a un poco inspirado Phil Mickelson y a un desorientado Rickie Fowler.
Y los minutos de gloria en esa sesión matutina los protagonizó la pareja española García/Cabrera Bello: en los nueve primeros hoyos Reed y Spieth ya les ganaban de 3. Después del hoyo 11, la diferencia era de 4. De hecho, los españoles no ganaron un hoyo hasta el 13. Pero desde ese momento todo comenzó a cambiar cuando se pensaba que la paliza no tenía enmienda. ¡Cómo jugaron Rafa y Sergio!
Hicieron birdies a los hoyos 15, 16 y 17. El putt del hoyo 17 desde el borde del green que metió Rafa “Nunca-Me-Rindo Cabrera Bello fue tremendo por la fortaleza mental demostrada por el canario. Los americanos no se creían que podían no ganar ese partido. Y terminaron empatándolo.
La mañana terminó con un resultado total de USA 6½ – Europa 5½. Todo se igualaba para la tarde.
Los fourballs no defraudaron, con sobre todo una estrella en cada bando: Rory McIlroy y Patrick Reed. El norirlandés llevaba en su personal tarjeta 2 birdies en la primera vuelta y contuvo el ímpetu de sus competidores. El texano, que jugaba con su compañero Jordan Spieth, en todo momento belicoso, cerraba golpes en la puerta de cada bandera, con putts prácticamente dados. En su recorrido de la tarde hizo 6 birdies y un eagle. Fue temible en cada hoyo pues se sabía que no fallaba.
Rory McIlroy, sí tuvo algún despiste después de que, en el cambio de un hoyo al siguiente, un espectador le insultara. Rory hizo venir a un agente para que el energúmeno fuese expulsado del campo. La segunda vuelta quedo para él marcada por ese incidente.
Y si el rookie de la mañana había sido Rafa Cabrera Bello, el de la tarde, ya sin el español al que el capitán Darren Clarke no seleccionó, fue Thomas Pieters que con la misma dosis de buena técnica que de desparpajo hizo 5 birdies en el recorrido y fue ganando hoyos con putts imprescindibles.
El resumen de los fourballs podría sintetizarse en tres ideas:
1.- Desaparecidos en combate, Lee Westwood y Martin Kaymer que aportaron poco o nada a sus partidos. Y Jordan Spieth eclipsado por su compañero Reed.
2.-Intolerable mal comportamiento de parte del público y de algún jugador que jaleaba en demasía la discordia: Ni Golf, ni Manners.
3.- Despegue del Equipo USA que en la sesión de tarde ganó tres de los cuatro partidos, con una apabullante exhibición de golpes del americano más metido en harina, Patrick Reed.
El resultado final del sábado 9½ a 6½ nos presenta un domingo en el que toca sufrir.