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HISTORIA DE UNA TRAICIÓN

Rudolf Diesel, defensor de energías limpias y motores ecológicos

Tras el escándalo de los motores manipulados por Volkswagen, los vehículos diésel están en entredicho. Está demostrado científicamente que estos motores son más contaminantes que los de gasolina.

Hechosdehoy / SM / A. Knüppel
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Tras el escándalo de los motores manipulados por el Grupo Volkswagen, los vehículos diésel están en entredicho. Está demostrado científicamente que estos motores son más contaminantes que los de gasolina. La ironía que muchos desconocen es que su inventor, Rudolf Diesel (1858-1913), era un defensor convencido de las energías limpias y buscaba crear un motor ecológico. Y realmente lo consiguió pero, después de su muerte, su idea fue traicionada.

No contento con el rendimiento que obtenían las máquinas de vapor o los motores de combustión de su época, el ingeniero franco-alemán Rudolf Diesel comenzó en 1890 a investigar con el fin de encontrar un motor capaz de funcionar de modo más eficiente a partir de aceites vegetales. Eran los años de la revolución industrial: el carbón y el petróleo parecían la nueva panacea, y el capitalismo, la gran esperanza de Europa. Sin embargo, él apostó por el uso de biocombustibles y además trató de difundir un modelo económico más justo y solidario, que superara al capitalismo y al socialismo.

Diesel, quien por su repentina muerte no pudo ser testigo de la enorme relevancia que adquirió su invento, consiguió crear un motor capaz de funcionar con biocombustibles producidos a partir de especies vegetales, algo que garantizaba la limpieza y la sostenibilidad.

En un discurso que pronunció un año antes de su muerte, dijo: "El uso de aceites vegetales para el combustible de los motores puede parecer insignificante hoy, pero tales aceites pueden convertirse, con el paso del tiempo, en importantes en cuanto a sustitutos del petróleo y el carbón de nuestros días".

Pero finalmente fue un combustible fósil, el gasóleo, el que demostró ser idóneo para el rendimiento del motor diésel y se impuso a los biocombustibles. De este modo, sus herederos traicionaron el espíritu de su invento, ya que el gasóleo procede de un recurso no renovable y encima es más contaminante que la gasolina.

A lo largo del siglo XX, el motor diésel, cuya principal ventaja es que consume menos combustible que los motores de gasolina, experimentó una expansión formidable y hoy en día se sigue empleando en automóviles, camiones, locomotoras, barcos y maquinaria de todo tipo.

El origen del motor diésel

Pese a llevar siete años trabajando con gran éxito en la industria frigorífica, donde registró decenas de patentes, a Diesel lo que realmente le apasionaba eran los motores y la automoción, así que a partir de 1890 empezó a realizar estudios sobre la eficiencia térmica. Su objetivo era superar los resultados de la máquina de vapor y de otros motores que se estaban desarrollando en aquellos años y hallar combustibles más eficientes.

Fue entonces cuando realizó un experimento que casi le cuesta la vida. Diseñó y fabricó una máquina de vapor y utilizó amoniaco como combustible. El motor estalló y la explosión le provocó graves heridas por las que tuvo que pasar varios meses hospitalizado. Su salud quedó muy mermada y sufrió lesiones en la vista, pero el ingeniero no se amilanó y enseguida continuó con sus experimentos. Diseñó toda clase de motores y recogió los resultados de sus investigaciones en un tratado titulado Teoría y construcción de un motor racional de calor para reemplazar la máquina de vapor y motores de combustión conocidos hoy.

Entre 1892 y 1897, desarrolló una serie de prototipos en los talleres de la compañía MAN AG, perteneciente al grupo empresarial Krupp. El primero de ellos era una máquina con un gran cilindro único, un artilugio feo pero muy eficaz que poco a poco fue perfeccionando en sucesivos modelos hasta conseguir un motor que funcionaba quemando aceite de palma. Este motor, que luego recibiría el nombre de diésel, fue presentado en Munich en 1897.

A la Exposición Universal de París, de 1900, Diesel llevó otro prototipo, que funcionaba con aceite de cacahuete. Inmediatamente atrajo la atención de ingenieros de todo el mundo: ese peculiar motor que "se tragaba todo" estaba en boca de todos. De la noche a la mañana, se convirtió en un personaje célebre y millonario.

Un triste final

Pero la gloria le duró muy poco tiempo. Dos años después de patentar su invento, fundó en Ausburgo una fábrica para producir motores. Tal vez, su especialidad no era la gestión empresarial, o tal vez su delicado estado de salud le restó fuerzas y empuje. Sea como fuere, la fábrica resultó ser un sonoro fracaso y Diesel se arruinó.

No fue esta su única decepción. Aparte de ingeniero, Rudolf Diesel fue un pensador que soñaba con mejorar la sociedad que le rodeaba. Plasmó sus ideas en un libro titulado Solidarismus, que publicó en 1903. En este libro, defendía la necesidad de un modelo económico más solidario, a medio camino entre el capitalismo y el socialismo. Diesel ponía el acento en el fomento de sociedades cooperativas en las que se aunara interés particular e interés colectivo.

Bien mirado, fue un visionario de eso que ahora llamamos economía social y que actualmente es uno de los sectores económicos más vigorosos, saneados y extendidos por el mundo. Por desgracia, apenas se vendieron 200 ejemplares de Solidarismus. Tampoco se vio recompensado en otras batallas sociales en las que se implicó, como por ejemplo, la difusión del Esperanto como lengua universal de la humanidad.

Quizás la indiferencia general hacia sus ideas sociales o su ruina económica le llevaron a la desesperación. Lo único cierto es que la noche del 29 de septiembre de 1913 mientras viajaba en un vapor-correo desde Holanda a Inglaterra, cayó por la borda y se ahogó en las aguas del Canal de la Mancha.

Antes de zarpar, había entregado una bolsa a su mujer, Martha, indicándole que no la abriera hasta pasada una semana. Cuando su esposa abrió la bolsa, encontró 200.000 marcos alemanes en efectivo y algunos extractos bancarios que indicaban que su cuenta estaba prácticamente a cero.

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