De una vez llegamos, por torpeza de todos los implicados, a sumar fortísimas tensiones políticas cuando los esfuerzos tendrían que estar en la unidad de acción para afianzar las salidas de la crisis.
¿Se pudo trabajar antes para evitar lo que ha sido un choque de trenes a cámara lenta? Mariano Rajoy, Soraya Sáenz de Santamaría y María Dolores de Cospedal -incluida Alicia Sánchez Camacho– no lograron evitar que la imagen del Partido Popular en Cataluña sea antipática, que el soberanismo crezca, y que el constitucionalismo haya dejado de tener el glamour y la seducción que lució en la sociedad catalana.
Conejos en la chistera
¿Cometió el presidente el error de llegar tarde con su oferta de diálogo? La presión no sólo es fuerte sobre Artur Mas sino también llega a Mariano Rajoy. Puede marcar además el futuro de ambos. En Guadalajara, ante senadores y diputados del Partido Popular, insistió en "ley y diálogo". Lo más positivo al menos, y se debe en buena parte a los mensajes lanzados por Felipe VI, es la puerta abierta en La Moncloa.
Que hay presiones sobre el presidente del Gobierno es obvio. Y también que este asunto divide al Partido Popular con quienes mantienen la tesis del error de no haber trabajado desde el primer momento para que CiU y Artur Mas hubieran sido los aliados de referencia en esta legislatura (asunto destacado además por Hechos de Hoy).
En el otro frente delicado, está la posición marcada con dureza por María Dolores de Cospedal frente a Pedro Sánchez. Sin citarlo, Mariano Rajoy tuvo en cuenta el rechazo de su número dos en el PP a las ideas sin concretar del secretario general del PSOE.
"En momentos de dificultad no son buenas las ocurrencias, no es momento de sacarse conejos de la chistera. Si alguien quiere hacer reformas, si creen que todo se arregla modificando cuatro artículos de la Constitución, que nos digan lo que quieren cambiar. Pido prudencia, responsabilidad, en muchos temas la están teniendo pero en otros la estamos esperando", proclamó el presidente del Gobierno. Sin embargo, las ideas de Pedro Sánchez están ahí e insistirá sobre ellas. Podrían ser el motor de un pacto que, hoy por hoy está lejos, pero ni es imposible ni hay que descartalo a medio plazo.