Por si alguien no se había enterado, esta semana falleció la Queen Elizabeth II. Esa en la que en sus tierras no se pone el sol. Porque es reina de medio mundo y mientras en unos países es de noche, en otros es de día. No quiero entrar en detalles de la muerte o de su reinado, para eso se están llenando cientos de miles, sin exagerar, de páginas escritas.

Quiero valorarla como persona. A esa que en casa llamaban Lilibeth o que nuestro Rey Felipe llamaba “tía” por ser descendientes directos de la Reina Victoria (abuela de Victoria Eugenia, la esposa del Rey Alfonso XIII) y, por tanto, familiares “algo” allegados.

Yo soy monárquico, de los que pienso que no es fácil ser rey, aunque muchos piensen que es una vida en la que solo destacan las comodidades. Que las tienen, por supuesto. Pero el liderazgo que ha ejercido la Reina Isabel en el Reino Unido es una cosa que hay que elogiarle y agradecerle. Un país sin norte y sin valores va abocado al fracaso y necesitamos lideres que custodien esas inmateriales posesiones. Y creo que ella ha sabido mantener la identidad británica con mucho más esfuerzo de lo que la gente cree.

Allá ha tenido que lidiar con guerras, con 16 primeros ministros y no sucumbir en el intento. Se ganó el respeto de su pueblo, cosa que le ha faltado a nuestro emérito Juan Carlos. Durante 70 años, conseguir que un país no caiga en la desmoralización y haciéndolo crecer en reputación y presencia internacional avalan su reinado. Y yo, lo doy por bueno. ¿Qué se echaba sus copillas? Yo también me las echo.

Lo que menos me ha gustado de esta semana es la cantidad de memes que se han hecho y el poco respeto con el que algunos, por el solo hecho creerse graciosos, han tratado una muerte. Porque al fin y al cabo es eso. Me gustaría ver como encajan, si en el funeral de sus madres viniera alguien a hacerles chistes. No, de verdad, poca gracia.

Ahora le toca el turno a Carlos III. Aquí sí pueden hacer chistes, todos los que quieran. A ver si sigue la estela de su madre aunque, por lo pronto, le tenemos que dar el beneficio de la duda: ¡¡¡God save the King!!!