Esta semana se nos fue uno de los que, a mi entender, han sido uno de los líderes políticos más influyentes en la Europa de los últimos cien años. Se echó todo un país a la espalda para conseguir unas reformas y sacar a la Unión Soviética de la debacle económica en la que estaba sumida.

Sus ideales aperturistas de introducirse en la comunidad internacional e incrementar la productividad de una nación que se estaba parando lentamente tuvieron sus seguidores, pero también sus detractores.

Ahí radicó su principal problema. Por un lado, los reformistas le agobiaban para dar celeridad a las leyes y, por otro, los conservadores de las tradiciones que temían perder sus prebendas logradas, intentaban tumbar todas las propuestas que les alejaran de sus acomodados posicionamientos. Nadie estaba contento del todo y se crearon divisiones internas que le pasaron factura al mandatario. Y él, como el que se mete en medio de una discusión de un matrimonio, salió pelado.

Un poco de historia. Se la merece. Nacido en Privólnoye, en Estávropol, (el Cáucaso entre Ucrania y Georgia) en 1931 y fue el secretario general más joven del Politburó del Comité Central del Partido Comunista.

En 1985 es elegido secretario general del Partido e inició una serie de reformas arriesgadas y aperturistas hacia el exterior. Entre ellas, les sonará la Perestroika (reconstrucción) del estancamiento económico de la época Bréznev. También instauró libertades al pueblo (la de expresión, de religión, etc.) que fue un arma que se volvió contra él ya que, pasaron de la censura a que todo el mundo pudiera criticar la labor del gobierno.

En 1989 creo el Congreso de los Diputados del Pueblo de la Unión Soviética para que los legisladores pudieran ser elegidos en las urnas y fue proclamado el primer presidente de la misma. Tras un intento de golpe de estado y tras la instigación del voraz Boris Yeltsin, terminó por dimitir.

Yo, como homenaje póstumo, me quedo con estas palabras que dijo en su discurso de despedida: “Hemos acabado con la Guerra Fría, se ha detenido la carrera armamentista y la demente militarización del país, que había deformado nuestra economía, nuestra conciencia social y nuestra moral. Nos abrimos al mundo y nos ha respondido con confianza, solidaridad y respeto.”. Ah, y también fue Premio Nobel de la Paz, vamos, igual que Putin.