Solución de emergencia y saltándose todos los protocolos. Meghan Markle ya tiene quien la lleve al altar después de que su su padre, Thomas, anunciase que no puede asistir a la boda real de Inglaterra tras haber sufrido una operación de corazón en la que se le han colocado tres stents. En poco tiempo, el padre de la novia del año sufrió dos infartos en su casa de México.

El misterio de quién sería el elegido para acompañar a Meghan por el largo pasillo hasta el altar de la Capilla de San Jorge no se resolvió hasta este viernes, a poco más de 24 horas del enlace. El palacio de Kensington anunció a través de su cuenta de Twitter que el elegido no es otro que el príncipe Carlos, padre del novio. 

Según el comunicado, "El príncipe de Gales está encantado de dar la bienvenida de esta manera a la señora Markle a la familia real".   

En un principio se llegó a pensar que Thomas Markle no quería "avergonzar" a su hija con su presencia en la boda, después de lleva a cabo unos buenos negocios con unos paparazzis a costa de Meghan. Pero finalmente ha sido verdad lo de su mala salud.

El pasado miércoles fue operado y el jueves Meghan le enviaba unas cariñosas palabras de ánimo. "Siempre he amado a mi padre y espero que ahora logre el espacio que necesita para centrarse únicamente en su salud". Palabras que de paso piden a los medios de que se le deje tranquilo después de meses de asedio delante de su casa para sonsacarle detalles del noviazgo de Meghan con el príncipe Harry.

Todo está listo pues para el gran día en el que Meghan al menos podrá apoyarse en su madre, Doria Ragland, quien sí asistirá a la boda. El novio contará con su hermano Guillermo como padrino, al igual que él fue su padrino en su enlace con Kate Middleton. 

Por cierto que la boda costará 36 millones de euros. Pero ojo, 34 millones son los gastos de seguridad para la familia real y sus ilustres invitados. El enlace en sí "solo" cuesta dos millones.