El experimento ha salido bien. Tener un capitán-jugador no era lo que muchos querían. O eres jugador o te dedicas a la gestión, parecían decirle a Tiger Woods los expertos en Presidents Cup, el torneo que enfrenta al equipo de Estados Unidos contra un equipo del  resto del mundo, excepto Europa: el Equipo Internacional. Los expertos  y el sentido común parecían tener razón cuando a mitad del segundo día la tabla ofrecía un resultado de 9 a 1 a favor del Equipo Internacional en el campo de Melbourne.

Era una diferencia para atemorizar a cualquiera. Pero no a Estados Unidos. Tengamos en cuenta la historia – siempre  a favor del  equipo estadounidense – y la posición en el Ranking Mundial. Éste no sigue el capricho, ni como ha ido el último mes de cada jugador. Estamos ante una compleja fórmula algorítmica sumamente precisa capaz de definir quién es el mejor del momento y de  darnos portentosos datos.

El primer dato: el  jugador del Equipo Internacional mejor situado en el ranking mundial entre los Internacionales era Adam Scott, en el puesto 18º. Por establecer una primera comparación sobre la capacidad de competir, de los doce del equipo USA, diez estaban en el Top 20 del Ranking Mundial, por dos del Equipo Internacional. Me parece demoledor, porque el Ranking Mundial es muy veraz sobre el estado de forma de los jugadores. A tener en cuenta que Brooks Koepka, americano, número  1 del Mundo, no ha acudido a esta edición australiana de la famosa Presidents Cup.

El segundo dato:  los Internacionales han batido su récord  al ser superiores a los de Estados Unidos en las jornadas por parejas fourballs como foursome. Nunca, ningún Equipo Internacional llegó tan lejos. Es una hazaña que merece una muesca en el revólver de Ernie Els, Capitán del Equipo Internacional. The Big Easy tiene de qué enorgullecerse.
El tercer dato: éste es doble. Tiger Woods ha batido el récord de victorias individuales en la historia de la Presidents Cup con 27 victorias cuando ha ganado 3&2 en su confrontación en el partido primero de la jornada final con el mexicano Abraham Ancer.

Pero la segunda parte de este dato es que, además de jugador, Tiger Woods era capitán y, por tanto, no podía en esta ocasión conformarse con ganar su propio partido: ¡Tenía que dar su talla como directivo!

Acabada con éxito su presencia individual le tocaba ponerse al mando del timón del  barco norteamericano. Y lo hizo dirigiendo con eficacia a sus hombres. No fue fácil. No se lo puso sencillo el  Equipo Internacional.

Eso es lo que evidencian los cuatro empates de los doce partidos individuales  y las dos victorias del Equipo Internacional (Sungjae Im y Cameron Smith). Pero finalmente emergieron a tiempo los esperados talentos de jugadores acreditados. Además del propio Tiger Woods, ganaron sus partidos individuales Patrick Reed, Dustin Johnson; Xander Schauffele, Patrick Cantlay y Webb Simpson.

Con eso bastó para ganar la Presidents Cup más reñidas de las últimas ediciones. La escuadra Internacional acaso haya aprendido a prepararse aún mejor, pues como se decía en estos páramos “vinieron los sarracenos y nos molieron a palos; que Dios ayuda a los buenos… cuando son más que los malos”.

No son, evidentes malos, ni son más: sólo mejores. Eso es entrenamiento, competición y un capitán a la altura del compromiso.