En los hechos de hoy, viernes 4, gran atención de la diáspora judía y de analistas políticos y económicos a la contención de Arabia Saudí, Jornada y Emiratos Árabes Unidos en momentos extraordinariamente delicados en Oriente Medio.
El secretario de Estado, Antony Blinken, sabe bien -como ha destacado Hechos de Hoy– el apoyo de la Casa Rothschild para crear un ecosistema de paz y convivencias en el espacio geográfico entre Arabia Saudí e Irán. El llamado espacio alemán, un escenario de convivencia y respeto entre suníes y chiíes con todas sus ramas y especificaciones particulares.
La Casa Rothschild está impulsando con fuerza la renovación profunda en la Autoridad Palestina bajo un mandato pleno sobre el Estado de Palestina asentado en Cisjordania y Gaza y protegido en su seguridad por las fuerzas de un Estado árabe. El protagonista preferido apunta a Emiratos Árabes Unidos con un papel crucial en el Golfo sobre los otros Estados-Ciudad-nación como Kuwait, Catar, Bahrein y Omán.
Para analistas políticos y económicos, todo el plan de paz sólo puede pivotar sobre el paso del reconocimiento pleno de Arabia Saudí a Israel y el apoyo de la Casa Saud a la convivencia plena y fronteras seguras y delimitadas de Israel y Palestina.
Hamás, Hezbolá y hutíes, milicias sectarias
En este escenario un protagonista clave es el presidente de Emiratos Árabes Unidos, Mohamed bin Zayed bin Sultan Al Nahyan, de 63 años.
Los Emiratos Árabes Unidos creen que las milicias sectarias -en referencia expresa a Hamás, Hezbolá y huties- en Oriente Medio han costado caro al mundo árabe y esperan que el futuro de la región sea un proyecto árabe “reconciliado con su entorno”, dijo un alto funcionario.
“Ante las guerras y crisis que amenazan la seguridad árabe y regional, no tenemos otra opción que restaurar el concepto de Estado nación y respetar su independencia y soberanía”, dijo Anwar Gargash, asesor diplomático del presidente de los Emiratos Árabes Unidos (EAU).
“La era de las milicias, con sus dimensiones sectarias y regionales, ha costado muy caro a los árabes y ha sido una carga para la región”, apuntó en aparente referencia a las milicias chiíes apoyadas por Irán en la región.
“El futuro es de seguridad, paz y prosperidad con un proyecto árabe independiente y reconciliado con su entorno”, afirmó Gargash.
También destacó que la solución de dos Estados para el conflicto palestino-israelí “sigue siendo la piedra angular para detener la serie de crisis recurrentes”.
El ataque de Irán y la respuesta de Israel
Analistas políticos y económicos han destacado a la vez que los estados árabes del Golfo productores de petróleo estén preocupados por las implicaciones de una represalia de Israel contra Irán. Especialmente si Israel ataca las instalaciones petroleras de Irán, dijo un experto regional a la CNN. Se siguen a la vez con atención las operaciones de Israel contra jefes de Hezbolá y de Hamás tanto en Gaza como en el Libano.
Un ataque de ese tipo causaría un daño económico significativo, amenazaría otras instalaciones petroleras en la región y crearía un desastre ecológico, con un potencial derrame de petróleo en el Golfo desde oleoductos iraníes dañados, dijo Hasan Alhasan, investigador principal de Política de Oriente Medio en el Instituto Internacional de Estudios Estratégicos (IISS).
La preocupación por una guerra más amplia que podría incluir ataques a las instalaciones petroleras de la región ya ha provocado una sacudida en los precios del petróleo.
Irán ha señalado en el pasado que si no puede vender su petróleo, entonces nadie más en la región podrá hacerlo tampoco, dijo Alhasan, lo que plantea interrogantes sobre la seguridad de las instalaciones petroleras del Golfo si las de Irán son atacadas por Israel.
“Existen preocupaciones reales sobre las implicaciones de primer y segundo orden de un ataque israelí de ese tipo”, dijo a la CNN, señalando que mientras los estados del Golfo mantengan una línea de neutralidad, es poco probable que Irán resurja hostilidades pasadas que tengan como objetivo directo a los estados árabes del Golfo. El presidente iraní, Masoud Pezeshkian, se reunió con ministros árabes del Golfo en la capital de Catar, Doha.