El futuro del pueblo haitiano depende de sus propios dirigentes en encausar pacíficamente la vecina nación por la vía de la estabilidad política y social de sus conciudadanos.
El presidente Jovenel Moise (2017-2022), quien ganó las últimas elecciones con un 55,6% de los votos, dijo a principios de año que el principal obstáculo que enfrenta Haití es la inestabilidad política. Ha llevado al país a una situación de grave peligro que impide un crecimiento económico sostenible con justicia social para sus 11,1 millones de habitantes.
Haití abarca un territorio de 27.750 km2 de 76.420 km2 que ocupa la isla Hispaniola que comparte con la República Dominicana. Recientemente ambos países firmaron un pacto de cooperación intrafronterizo.
Violentas manifestaciones de rivales al régimen vienen insistiendo en la renuncia de Jovenel Moise, quien termina su mandato el 7 de febrero de 2022. Un informe del Fondo Monetario Internacional (FMI) de finales del 2019, señala que la inflación aumentaría un 20% y que el crecimiento económico sufriría una contracción de al menos 1,2% con relación al Producto Interno Bruto.
El Informe sugiere que las autoridades prioricen adoptar medidas para aumentar las recaudaciones, reducir las exenciones fiscales, así como racionalizar el gasto público. El pico de la crisis comenzó a mediados de septiembre de 2019. Cuando empezó a sentirse la escasez de combustibles en un país que según el FMI está dominado por desigualdades sociales, inseguridad pública, corrupción y una creciente inflación.
Un terremoto de 7,0 en la escala Richter sacudió a Puerto Príncipe en enero 2010 causando centenares de miles de muertos y destrucción de la infraestructuras. Otros fenómenos atmosféricos han golpeado al territorio occidental posterior al terremoto.
El mandatario recién anunció la celebración de elecciones generales y parlamentarias para este año y un referéndum para cambiar la Constitución de 1987. Moise quiere que la nueva Constitución reconozca a los haitianos que viven en el exterior. El reto ahora del líder del PTK es enfrentar los brotes de inestabilidad política y coronar una transición pacífica de mando en 2022.