Eva Domaika mantiene en la Cadena SER Euskadi unos excelentes podcasts bajo el título general de La Ventana de la Memoria. Están dedicados -como un espacio mensual- a la memoria de los atentados de ETA.
El último de ellos, capítulo 53, lo dedicó al terrible asesinato -una matanza perpetrada por los asesinos de ETA en el centro de San Sebastián (la Avenida de España, hoy Avenida de Libertad)- de Juan María Araluce, abogado, notario, presidente de la Diputación de Guipúzcoa, miembro del Consejo del Reino y defensor avanzado de los fueros. Además de ser una personalidad única por su agudeza mental, su sentido del humor y afabilidad, y sus profundas convicciones cristianas.
Cuatro terroristas de ETA armados con metralletas dispararon a quemarropa casi un centenar de proyectiles contra el coche oficial en el que viajaba Juan María Araluce -que además de ser Presidente de la Diputación de Guipúzcoa era miembro Consejo del Reino y procurador en Cortes- y contra el coche de la escolta. En ese atentado fallecieron, además de Juan María Araluce; el conductor José María Elícegui; y los tres policías de la escolta: Alfredo García, Antonio Palomo y Luis Francisco Sanz. Los terroristas hirieron también a diez transeúntes.
En su podcast, Eva Domaika recoge primero el testimonio de uno de los nueve hijos. Maite Araluce, presidenta de la Asociación de Víctimas del Terrorismo (AVT), recuerda tanto cómo era la vida en familia, la personalidad de su padre y el momento terrible en que la familia escuchó el tiroteo en la puerta de la casa cuando aguardaban a su padre para almorzar.
“Era muy recto pero muy generoso. Una persona con muchísimo humor y luego era un gran conversador. Las tertulias en mi casa eran larguísimas y fantásticas. Para mí era todo. Era un ejemplo a seguir. Me sentía muy segura con él. Vivía en una burbuja que luego estalló. Cuando mi madre estaba asustada siempre ponía una nota de humor para tranquilizarla”.
Maite recordó que ese mismo día su madre “nos pidió que rezáramos, por nuestro padre, los que le acompañaban y, sobre todo, por los que les habían asesinado, porque era a los que más falta les hacía para que se pudieran arrepentir en algún momento de su vida”.
Conocí personalmente a Juan María Araluce y sabía muy bien la importancia y trascendencia política de su personalidad en ese momento. Precisamente en el interesante podcast de Eva Domaika se recoge la opinión del doctor en Historia contemporánea Juan José Etxebarria.
En la actualidad está acabando su biografía política como un líder tradicionalista, en posiciones avanzadas para su época de foralista.
La biografía política, cuyo prólogo firma Jon Juaristi, se titula Juan María Araluce, el defensor de los fueros asesinado por ETA.
Juan José Etxebarria reveló a Eva Domaika que le atrajo “que era una persona muy inteligente y un descentralizador en tiempos del franquismo, que consiguió mediante una moción en Cortes en 1975 desanudar el centralismo franquista”.
Le definió como “un tradicionalista con una visión muy religiosa de la vida”. “Pretendía que el régimen del 18 de julio tuviera una versión no totalitaria, no falangista, sino descentralizada”.
La fórmula mediante la que pretendía hacerlo era “la inserción de la foralidad en el entramado institucional”, esto es, “recuperar los fueros y crear unas autonomías de raíz foral para el País Vasco y Navarra”.
Su tesis es que ETA asesinó a Juan María Araluce por sus fuertes convicciones.
“ETA no podía admitir una autonomía inserta en el seno de la Monarquía española. Lo convirtió en su enemigo y durante muchos años intentó matarle, hasta que en octubre del 1976 lo consiguió”, apuntó Juan José Etxebarria.
Juan María Araluce, José María Elícegui, Antonio Palomo, Alfredo García y Luis Francisco Sanz cuentan en la actualidad con cinco placas que les recuerdan en el lugar en el que fueron asesinados. Fueron las primeras cinco placas que el Ayuntamiento de San Sebastián colocó en homenaje a las víctimas del terrorismo.
Precisamente este aniversario se produce poco después -como ha destacado Hechos de Hoy– del enorme impacto en las redes sociales del documental 27 minutos, uno de los asesinatos de ETA más crueles. El de de una pareja de novios, Antonio y Hortensia, la noche de Reyes de 1979.
De forma muy elocuente, en los debates en la Cámara, en el primer intento de investidura, ha estado en un primer plano lo indignante de blanquear hoy en la política española a quienes son los herederos de la peor lacra en la historia de la democracia, el horror del brutal terrorismo de ETA.
Excelente trabajo de Eva Domaika con sus podcast, Una Ventana de la Memoria, imprescindibles para las nuevas generaciones.