A las 23:11 del viernes 8 (una hora más en la España peninsular), un terremoto de magnitud 7 sacudió Marruecos, causando pánico, muerte y destrucción. Se sintió con fuerza en Canarias y Andalucía. Sólo la primera estimación habló de 600 muertos pero expertos señalaron a Hechos de Hoy que la cifra final puede ser superior a las 5.000 víctimas.
Lo sucedido en Marrakech, la ciudad roja, una de las urbes más fascinantes de África -joya cultural y económica del país por la importancia del turismo que genera-, es una desgracia. Pero lo vivido en las poblaciones del Atlas es una auténtica catástrofe porque todo es destrucción total, muerte y caos.
Muy seguramente Moulay El Hassan, el príncipe heredero, nunca olvidará estos momentos. La reacción de su padre, el rey -fuera del país en esos momentos-, y del primer ministro, Aziz Akhannouch, fue de silencio total. 18 largas horas de apagón mientras llegaban a Rabat los mensajes de solidaridad, pésame y ayuda, entre los primeros el del Rey de España, Felipe VI.
13 horas después del terremoto sólo llegaron instrucciones de Mohamed VI a las Fuerzas Armadas para movilizarse ante la catástrofe.
A última hora de la tarde del sábado 10, la agencia de noticias marroquí, MAP, facilitó las primeras imágenes del rey y el primer ministro en una reunión en Rabat.
“Su Majestad el rey Mohamed VI, que Dios le asista, acompañado por el Príncipe Heredero Moulay el Hassan, presidió, este sábado 9 de septiembre de 2023 por la tarde en el Palacio Real de Rabat, una sesión de trabajo dedicada al examen de la situación tras el terremoto sobrevenido el viernes 8 de septiembre y que ocasionó pérdidas humanas y materiales en varias regiones del reino”.
Mohamed VI decidió “declarar tres días de luto nacional, con las banderas a media asta en todos los edificios públicos” y “dio instrucciones al ministro de asuntos islámicos para cumplir la Oración del Ausente (Salat Al Ghaib) en todas las mezquitas del reino, para el descanso del alma de las víctimas”.
A partir de ese momento el Ejército se desplegó en misiones de rescate con importantes efectivos y Marruecos aceptó la ayuda de España, Reino Unido, Emiratos Árabes Unidos y Catar.
¿Dónde estaba Mohamed VI?
Según el periódico Parisien-Aujourd’hui, Mohammed VI se encontraba en París, donde llegó el día 1 de septiembre por motivos médicos. Ya se había sometido a operaciones en la capital francesa en otras ocasiones. “El Rey de Marruecos ha brillado por su ausencia en las primeras horas que han seguido al seísmo”, criticó por su parte el periódico Ouest France. En otras versiones periodísticas se aludió a un periodo de vacaciones entre su mansión en Francia y el palacete a los pies de la Torre Eiffel.
Hasta ahorra, Mohamed VI ha pasado largas etapas fuera del país, entre Gabón y Francia, en etapas de descanso y vacaciones que han mostrado distanciamiento y cierta dejadez del día a día excepto en la atención especial dada en su momento a la crisis con el Gobierno de Pedro Sánchez y Pablo Iglesias hasta la abrupta – y misteriosda rectificación de la posición de España sobre el Sáhara Occidental.
Mohamed VI sabe y conoce perfectamente que su salud es delicada con riesgo de sufrir una crisis repentina. En 2016 nombró el llamado Consejo Regente por si el primogénito ascendía al trono siendo menor de edad.
Moulay El Hassan (un nombre en honor a su abuelo) tiene en la actualidad 20 años. Su personalidad -seria y discreta- le ha hecho ganar peso entre los consejeros reales y el Majzén, el llamado estado profundo. Pero sobre todo cuenta con el respaldo de los oficiales superiores del Estado Mayor General de las Fuerzas Armadas de Marruecos (FAR). Le han situado como importante referente,.
Recientemente presidió en Tetuán el almuerzo ofrecido por el jefe del Gobierno, Aziz Akhannouch, con motivo de la Fiesta del Trono en Marruecos. A destacar, de forma muy especial la presencia en este acto de los oficiales superiores del Estado Mayor General de las Fuerzas Armadas de Marruecos (FAR).
Atención a la crisis dramática que afronta Marrucos. Hay todavía 48 horas vitales para el rescate entre los escombros. La importante diáspora marroquí en Europa quiere saber rápidamente que sucedió con sus seres queridos. Están muy atentos a las imágenes de las cadenas de televisión y la información de los medios. Exigen eficiencia, ayuda inmediata a los damnificados e identificación de las víctimas.
Dentro del país se han exigido a la vez medidas inmediatas para volver a reconstruir Marrakech como se ha conocido en su época de oro hasta la actualidad. Esta vez se exige rigor. Es una prueba máxima para el rey y su gobierno.
Pondrá también a prueba al príncipe heredero y los jefes militares. El terremoto ha sido un golpe terrible para Marruecos. Pero es también un aviso que frente a la dejadez y la corrupción, un terremoto político puede producirse. Si Mohamed VI no tiene fuerzas ni salud ante estos duros desafíos, voces importantes (políticas y militares) podrían precipitar su abdicación.