Se abre un escenario nuevo en la Comunidad de Madrid con asuntos políticos de primer orden en todo un laboratorio político ante las próximas elecciones generales.
Cristina Cifuentes, al comenzar su proceso de investidura, trazó la frontera de tolerancia cero contra la corrupción política. No sólo reafirmó sus principios sino que marcó distancias con las presidencias de Esperanza Aguirre e Ignacio González.
El 24 de mayo se abrió un tiempo nuevo en la política en el que las urnas dijeron alto y claro que hay cosas que no se estaban haciendo bien, y que la política y corrupción no pueden ir jamás de la mano, fue el énfasis de Cristina Cifuentes.
Subrayó con claridad que "estamos para servir a los ciudadanos, no para servirnos de ellos” destacando que "esta es la hora de la valentía y un tiempo para el desafío en el que no cabe la conformidad ni la complacencia".
Destacó a la vez la importancia del pacto entre Partido Popular y Ciudadanos. "Gobernar es pactar y este es un pacto beneficioso para los madrileños, la pluralidad social hace imprescindible buscar acuerdos y diálogo para la estabilidad y conformar gobiernos”, afirmó.
En los comicios a la Comunidad de Madrid, Partido Popular obtuvo 48 escaños -24 menos que en 2011- y Ciudadanos 17, entrando por primera vez en la Cámara. El Partido Socialista logró 37 -uno más que en 2011-. Y Podemos tuvo 27, desplazando a Izquierda Unida.
El tiempo nuevo tiene distintas lecturas:
1. Abre una prueba en la relación entre Cristina Cifuentes y Manuela Carmena en un área metropolitana como es Madrid donde las autoridades regionales y locales deben buscar necesariamente áreas de entendimiento para ser eficaces.
2. Una buena relación política entre Cristina Cifuentes (Partido Popular) y Manuela Carmena (Ahora Madrid, movimiento impulsado por Podemos junto a otras fuerzas políticas) subrayará dos perfiles distintos en el Partido Popular; de la propia Cristina Cifuentes frente a Esperanza Aguirre.
3. Necesariamente Cristina Cifuentes avanza para presidir el Partido Popular de Madrid poniendo fin, aunque sin portazos, al largo periodo de Esperanza Aguirre, abocada a su crepúsculo.
4. Partido Popular y Ciudadanos han mostrado sus propios espacios políticos y su respeto a la vez a la lista más votada.
5. Pedro Sánchez -como apuntó Hechos de Hoy- quedó atrapado por su propia dinámica en Madrid abandonando el espacio de centroizquierda y no dando respuestas a lo que significa su proyección socialdemócrata.
6. Manuela Carmena -quien puso en manos de Carmen Román la Gerencia de la Ciudad (fue directora general de la Función Pública en la Administración de José María Aznar)- tiene también la prueba personal de mostrar su inedependencia frente a Podemos. La ideología no debe ser un elemento que pueda separar la gestión.
El nuevo escenario en Madrid (Comunidad y Ayuntamiento) abre así un escenario de oportunidades. Medirá a los partidos y sus líderes en un tiempo nuevo de exigencias y ejemplaridad. Cristina Cifuentes, con énfasis, lo subrayó.
