Todo el mundo se bloquea y tiene días en los que piensa que hubiera sido mejor no levantarse de la cama. Para estos días y momentos existen técnicas que te ayudan a potenciar tu creatividad y a conseguir que tus ideas fluyan mejor.
Esta técnica puede servirte para realizar un trabajo de clase, escribir una nueva entrada en tu blog o crear un nuevo producto en tu negocio. Incluso si estás dando los primeros pasos en el emprendimiento y necesitas una mente fresca y ordenada, esta es la solución. ¿Sabéis de qué estoy hablando?
Un brainstorming o lluvias de ideas es una herramienta de trabajo en grupo que facilita la aparición de nuevas ideas sobre un tema o problema concreto. Por lo que podemos decir que se constituye como una técnica grupal para crear ideas originales en un ambiente tranquilo.
Según los expertos, la práctica de esta técnica en equipo aportará buenos resultados ya que la diversidad de opiniones de diferentes personas genera mayor cantidad de ideas nuevas, creativas y exitosas. Pero también, hay quien defiende que una sola cabeza puede ser más productiva e ingeniosa de forma aislada que en grupo.
Por su parte, el emprendedor a veces se encuentra solo ante el peligro y está pendiente de tantas cosas, que llega un momento en el que su cabeza se nubla y se estanca. Por eso, te recomiendo que si estás en esta situación, realices un brainstorming para potenciar tu creatividad lo máximo posible.
5 pasos para hacer una lluvia de ideas
1. Definir la cuestión
Clarifica lo máximo que puedas el problema o la situación, ofreciendo detalles que ayuden a los miembros del grupo a comprender la naturaleza del problema. Y piensa qué quieres lograr. ¿Quieres conseguir más ventas en tu negocio o sorprender a tu cliente con algo nuevo?
2. Definir el grupo que va a participar
Si eres un emprendedor que aún no cuenta con un equipo de trabajo, deberás realizar la técnica tú solo. Intenta estar en un lugar relajado que nadie te moleste y empieza a anotar todas las ideas que se te ocurran. Escribe al menos 100 palabras. Si te bloqueas, para y vuelve a empezar. Cuando las tengas, dibuja un mapa mental y realiza conexiones que se relacionen con el tema principal. Este ejercicio es idóneo para ver donde tienes que trabajar más.
Si dispones de un equipo de trabajo, reúne de 5 a 10 personas con perfiles diferentes que muestren una actitud flexible y tolerante, colocándolos en un semi-círculo y asegurándote de que todos participen.
3. Respetar todas las ideas
Es necesario tolerar todas las opiniones y escucharlas, por muy poco viables que resulten algunas. Barajar todas las posibilidades sin entrar en juicios, dejando que haya una retroalimentación y feedback entre los participantes.
4. Escribir y compartir las ideas
Utilizaremos un panel para visualizar la situación que queremos resolver, y con la ayuda de post-its iremos colocando alrededor del problema las propuestas y la lluvia de ideas. Después, cada uno argumentará su idea de forma libre y espontánea, y la compartirá en voz alta con todos. Cuantas más alternativas posibles presenten cada uno, mayores opciones habrá.
5. Cerrar la dinámica
En el momento que los participantes hayan acabado de plasmar sus ideas, se da por terminada la dinámica. Se aprovecha para explicar las dudas que han dejado algunas ideas, se eliminan las que se han repetido y las que queden se irán agrupando en categorías, de acuerdo al criterio que hemos acordado.
Edith Gómez / @edigomben
