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DESAFÍO A LA INFERTILIDAD

Científicos aniquilan un dogma sobre la fertilidad femenina

El investigador Jonathan Tilly ha conseguido demostrar que existen células madre en los ovarios femeninos que producen óvulos fértiles mucho después de que los ovarios dejan de funcionar.

Hechosdehoy / Glenys Álvarez
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Una de las maravillas de la investigación científica es su capacidad para desmembrar dogmas y levantar obstáculos que nuestro desconocimiento muchas veces crea. En esta ocasión, una investigación que lleva más de ocho años desarrollándose, presenta unos extraordinarios resultados que destruyen para siempre la idea de que las mujeres ya vienen desde que nacen con una cantidad específica de óvulos para fertilizar.

El científico en el centro de esta investigación se llama Jonathan Tilly del Hospital General de Massachusetts en Boston, quien con sus colegas intentaban reproducir los hallazgos de un grupo de investigadores en Shanghai que en 2009 habían aislado células madre en los ovarios de ratoncitas. Ahora bien, la idea final lleva la hipótesis de que estás células madre se encargan de producir óvulos, pero para llegar hasta allí lo primero era confirmar que realmente existen esas células madre.

Y créanme, mucha gente continuaba dudando de que existieran, y no es para menos, la investigación biológica se preparaba para darle otro golpe a los hechos que nos han estado contando en los libros de texto desde hace más de 60 años.

Pues bien, Tilly y colegas desarrollaron una prueba sumamente selectiva que llamaron Clasificación de Células Activada por Fluorescencia (FACS, en inglés) que era capaz de eliminar células muertas o dañadas y alinear y separar todo tipo de células creando una fluorescencia para una proteína conocida como Ddx4 que sólo está presente en la superficie externa de las células madre. De esta forma confirmaron la existencia de la presencia de estas células madre en los ovarios de las ratoncitas, ahora había que confirmarlo en ovarios de humanas. Es aquí donde entra el investigador Yasushi Takai, biólogo reproductor de la Universidad Médica de Saitama en Japón, quien había trabajado con el equipo de Tilly; es aquí también donde entra la contribución de esas jóvenes pacientes en edad reproductiva que desean una reasignación sexual, ya que fueron los ovarios removidos de estas mujeres que deseaban ser hombres, los que fueron enviados al laboratorio de Tilly.

"Fue un 9 de noviembre cuando hicimos el primer tipo humano de FACS y supe inmediatamente que había funcionado", dijo Tilly. "Ni siquiera puedo poner en palabras la emoción, y, hasta cierto punto, el alivio que sentí".

Las células que descubrieron en estos ovarios humanos son las llamadas células madre ovogónicas (OSC), generan óvulos inmaduros aparentemente normales cuando fueron cultivadas en el laboratorio. Pero el equipo también salió del laboratorio e intentó ver estas OSC en un ambiente más natural, así que las inyectaron en tejido humano con un organismo eflorescente que las destacaba en el microscopio y las injertaron en la piel de un ratón para que se desarrollaran.

“Después de una o dos semanas de crecimiento, las OSC habían formado células verde-brillantes que parecían ovocitos y que también expresaron dos de las características genéticas de este tipo de células”, escribieron entonces en Nature Medicine.

Y es aquí donde entramos en una sabrosa etapa de esta investigación, aunque el nombre del método no sea tan sabroso: tecnología de genes suicidas. Con este método, que les permite matar y resucitar células, el equipo pudo ver el resultado que tiene en los ovarios cuando no hay más producción de huevos. Dejemos que el mismo Tilly nos lo explique con una metáfora.

"Míralo de esta manera. Tienes una cubeta llena de agua y hay un grifo en el fondo de la cubeta y ese grifo está abierto, dejando pasar como unas 10 gotas por hora. La cubeta representa el ovario y las gotas son los óvulos. Ahora imagina otro grifo en la parte superior de la cubeta que agrega más agua, digamos si el grifo de abajo deja salir 10 gotas de agua por hora, el de arriba agrega cinco, es decir, que verdaderamente sólo pierdes 5. Con la tecnología del suicidio lo que hicimos fue cerrar el grifo de arriba y ver qué ocurría cuando la cubeta estaba vacía, cuando cesaba la producción de óvulos".

Lo que descubrieron es que los ratones producen mucho más óvulos de los que se pensaba tenían en total y, lo más importante, los ovarios son los que se encargan de cerrar el grifo en el tope de la cubeta, pero las células siguen produciendo huevos.

"Esto nos permitió concluir que la razón por la que los ovarios fallan con la edad no es porque hayan perdido su capacidad para hacer nuevos óvulos sino que la casa donde viven los óvulos está en mal estado", dijo Tilly. "Es decir, el asunto no es meter más óvulos sino sencillamente reparar la casa".

Y el equipo lo hizo. No sólo consiguieron reproducir con óvulos adultos obtenidos de células madre sino que los bebés hechos de estos óvulos recién formados son total y reproductivamente sanos y sus descendientes no tienen problemas. Estos resultados tienen implicaciones impresionantes ya que ofrecen la posibilidad de producir un número ilimitado de huevos, algo que cambiaría completamente el mundo para todas las mujeres que luchan con la infertilidad.

Un ciclo de fertilización in vitro, o IVF, puede costar hasta 25.000 dólares e implica una gran cantidad de hormonas inyectadas en el cuerpo diariamente. El proceso es doloroso y típicamente produce sólo unos cuantos óvulos que se pueden cosechar. Las posibilidades de un bebé en un ciclo son de un 50% para las mujeres menores de 35, para los mayores de 35 las posibilidades de éxito disminuyen. Sin embargo, el equipo también ha conseguido retrasar la menopausia o “ratónpausia” como él la llama, en ratones.

Tilly ha comenzado a desarrollar tecnologías de fertilidad para proporcionar tratamiento a través de su puesta en marcha del programa OvaScience. La primera mujer que recibió tratamiento de OvaScience, dio a luz a un bebé sano en 2015. Muchos otros han seguido, afirmó Tilly.

“No hemos llegado todavía”, dijo Tilly, "pero estamos trabajando día y noche para que esto suceda".
 

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