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DESPERTAR DE LA BESTIA

Brutal zarpazo de Jon Rahm en el Mutuactivos Open de España

No está todo dicho. El domingo no será día de descanso en esas hierbas: cuatro españoles presentarán batalla para llegar victoriosos a la bandera española que flamea en el green del hoyo 18.

Hechosdehoy / José Ángel Domínguez Calatayud
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El Club de Campo Villa de Madrid ha sido testigo de una tarde de golf a la que le faltarán calificativos. Ha superado todas las expectativas. ¿Es que hay verbos para describir lo de Samuel Del Val, 1413º del mundo, que se pega a los talones del nº 5? ¿Tenemos palabras que den la imagen completa del eagle de Jon Rahm en el hoyo 16? Pues si las encuentran, préstenme algún adjetivo que defina también los latidos jóvenes del corazón de Adri Arnaus en el hoyo 18, o la recia pujanza – fuego interior  – de Rafa “Nunca-Se-Rinde” Cabrera Bello.

¿Cuál habrá sido la primera palabra bella en el mundo? ¿Cuál será la última? Lo vivido esta tarde madrileña necesitaría un Leonardo para ser esculpido; un Greco para ser pintado y, para ser narrado con exactitud, la mejor pluma de la Historia.
Los discípulos podremos hacer borradores o borrones en una cuartilla. Es el trabajo y lo haremos con gusto.

Con menos gusto en el caso de Sergio García que no ha sabido encontrar su mejor juego, llegando a hacer tres birdies en un hoyo en el que tiraba para eagle y fallando otros hoyos asequibles. Su triste figura acompañaba un juego triste. Y aunque algún comentarista televisivo pudo achacarlo a la dificultad de las banderas, lo cierto es que después de tres días, descartados los que no pasaron el corte, sólo cuatro jugadores van por encima del par,  y siete presentan doble dígito en su marcador.

Lo que se vio, sobre todo en los partidos estelares, fue la repetición del día anterior pero en realidad aumentada. Cada golpe emitido por televisión era interesante. Sí, quizás, el marco capitalino, o el saber que arriba iban cuatro españoles. Ciertamente, eso da vida a los personajes y construye relato, algo que te impulsa a seguir las evoluciones de cada jugador y a meter en juego las posibilidades de cada uno en relación con los otros.

Si Rafa metía un putt difícil, enseguida queríamos ver como quedaba la clasificación. Si Samuel hacía una approach que le dejaba casi imposible hacer el par, no respiraba un tranquilo hasta ver que metía el putt, aunque fuese por el portón del garaje.

Era seguro que nadie de aquí deseaba ver otra cosas que esas cuatro rojigualdas juntas y en lo más alto de la clasificación. Y así se mantuvieron sin despegarse de los otros jugadores durante casi todos los hoyos.

Terminados los primeros nueve hoyos, las diferencias empezaron a cambiar algo. Hubo algún fallo entre los españoles y andaban al acecho el sueco Jens Dantorp y el sudafricano Jason Scrivener.

Pero la mayor diferencia comenzaba a fraguarse por la parte alta de la tabla. Jon Rahm se lamía las heridas de sendos errores cometidos en los hoyos 8 y 9 que le valieron otros tantos bogeys. El vasco, hay que decirlo, tuvo un mal gesto de frustración. Aquel hoyo 8 le había dolido.

Pero hay una muestra de la buena evolución del trabajo interior de Jon, y es la rapidez en la asunción del error, en la digestión del disgusto y en concentrarse en la siguiente tarea. Su genio no es un mal genio radical. Se lo quitó de encima en el hoyo 10 con un birdie. Par al hoyo 11. Y a partir de ahí el León de Barrica hizo cuatro birdies seguidos en los hoyos 12, 13, 14 y 15.

Era el rey de la selva del golf. En el hoyo 16, como un zarpazo en lo alto de la tabla, metió su segundo golpe desde 110 metros en la calle para hacer un eagle. El rugido se escuchó en Alcalá de Henares, pero no era de él: era del público del green, enloquecido de dicha al contemplar ese golpe y su efecto.

“Nunca esperas meter una bola así, quería dejarla cerca, pero meterla ha sido un extra. Así estoy de eufórico, con las emociones aún a flor de piel, aún no me he podido bajar de esta nube en la que estoy”, declaraba al final Jon Rahm. Iba -8 en el día,  –7 en los últimos siete hoyos.

Jon Rahm acabó la ronda con un acumulado de -17, sacando cinco golpes a los dos segundos, Rafa Cabrera Bello y Samuel Del Val que finalizaron con -12.

En el Top 5 de la clasificación hay cuatro españoles, un sueño para la organización y sobre todo para los aficionados que quieren un domingo lleno de más y mejor.
 

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