Es difícil buscar la verdad, y la serenidad de juicio, en lo sucedido en Grecia.
Alexis Tsipras, el radical primer ministro de Grecia, consiguió lo que quería. Ganar frente a sus detractores y poner a Syriza (la Coalición de Izquierda Radical) -cuyo equivalente en España es Podemos– en el corazón de la escena política nacional.
A la vez convirtió el referéndum en un plebiscito contra la denostada Troika -la unión de Fondo Monetario Internacional (FMI), Banco Central Europeo (BCE) y Comisión Europea (CE)-. Este segundo objetivo también lo consiguió de largo.
Pero la crisis es muy compleja porque, por ejemplo, Alemania. Holanda y Finlandia -el centro y norte de Europa que influye de forma decisiva en la Zona euro– han sido países divididos sobre este referéndum. Unos esperaban con ansiedad el Sí; otro en cambio, de manera abierta, aguardan el No.
Evidentemente los líderes del núcleo duro de la Zona euro (Alemania, Francia, Italia y España) pidieron el Sí y ese era el voto que esperaban. Pero es su obligación ahora defender la permanencia de Grecia en el euro aunque haya triunfado ampliamente el No. Y era una votación en la que la papeleta hacía mención expresa a las tres instituciones que forman la Troika.
Una victoria tan amplia necesariamente tiene que ser leída con inteligencia política. Sobre todo por Mario Draghi, el presidente del Banco Central de la Eurozona, el equivalente a la Reserva Federal.
El desenlace del referéndum abrió el escenario de lo trágico. Se avanza a lo desconocido en hora de máxima responsabilidad, prudencia e inteligencia. Por lo que hay que insistir en que Europa necesita a Grecia dentro del euro (la Eurozona) y de la OTAN (la Alianza Atlántica). Es pieza clave estratégica en el Mediterráneo oriental. Rusia y China, que son potencias navales, lo saben.
El dilema que se abre se convierte, paradójicamente, en el mayor desafío de Alexis Tsipras. ¿Tendrá la altura poítica de convertir a sus adversarios en aliados quien jugó sucio contra Europa y ganó? El siguiente interrogante todavía tiene más alcance. ¿Se puede recuperar la solidaridad destruída? Las amenazas llegaron al mismo punto de rotundas. Se halla en juego el proyecto, y el sueño europeo. Se abre a la vez una gran amenaza para el futuro de Grecia.
– Ver en Hechos de Hoy, Triunfa el NO en Grecia abriendo la crisis más incierta en la Eurozona.