Una gran tensión en el mar Báltico ante la masiva movilización de tropas de Rusia frente a la frontera con Ucrania, las maniobras con Bielorrusia y el aumento de vuelos en la región,
Suecia ha desplegado cientos de tropas en la isla báltica de Gotland por las tensiones entre Rusia y la OTAN y el plan de Vladimir Putin de ocupar totalmente Ucrania.
El ministro de Defensa de Suecia ha advertido que "no somos ingenuos. Está claro que hay un riesgo y no se puede descartar un ataque".
"A partir de hoy seremos más visibles y estaremos en plazas estratégicas importantes de carácter civil", declaró a la televisión pública sueca SVT Tomas Ängshammar, portavoz del regimiento de Gotland. Se refirió, entre otros objetivos, al puerto y el aeropuerto de la mayor isla de Suecia en el Báltico.
Suecia considera importante "mostrar a los habitantes de Gotland y a otros países que tenemos una defensa activa que se adapta de acuerdo con la situación".
Por su parte, el ministro de Defensa, Peter Hultqvist, ha sido claro. "No somos ingenuos. Está claro que hay un riesgo y no se puede descartar un ataque". ha destacado.
La tensión entre Suecia y Rusia se ha incrementado en los últimos años, coincidiendo con el estallido del conflicto ruso-ucraniano, con denuncias mutuas de violaciones del espacio aéreo, sobre todo por el lado sueco.
El episodio más grave se produjo en 2014, cuando Estocolmo informó de una violación de su territorio por un supuesto submarino extranjero, apuntando de forma indirecta a Rusia.
Suecia ha intensificado en los últimos años su colaboración con la OTAN, de la que es país asociado, y ha aprobado varias partidas adicionales para aumentar el presupuesto en esa área.
Además se ha enviado por primera vez en casi tres lustros un destacamento permanente a Gotland, se ha restablecido el servicio militar obligatorio, permitido el despliegue de cientos de tropas de la OTAN en territorio sueco y reeditado una guía con información sobre cómo actuar en caso de emergencia o invasión militar.
Las fuerzas armadas suecas convocaron en 2018 a los 22.000 miembros de la Guardia Nacional, un cuerpo permanente de reservistas voluntarios, para comprobar su capacidad de movilización, una medida que no se aplicaba desde 1975.