El órdago lanzado por Vladimir Putin no hizo mella en la OTAN ni en la Unión Europea. Las dos alianzas mantienen su apuesta por el diálogo y la distensión. Especialmente la OTAN, tras el derrumbe de la Unión Soviética, mantiene abiertas las puertas a la expansión al Este.

Esto significa que si Bielorrusia (si cambia su régimen), Ucrania, Moldavia, Georgia, Armenia y Azerbaiyán piden un día libremente su adhesión a la Alianza Atlántica, la OTAN tendría en ese momento una frontera directa con Rusia desde el mar Báltico, al mar Negro y al mar Caspio.

El secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, compareció después de la reunión del Consejo OTAN-Rusia que se prolongó más de lo previsto -duró más de cuatro horas- y reconoció que pese a que "hay un riesgo real de un conflicto en Europa", finalmente la reunión tuvo como objetivo "precisamente tratar de evitarlo".

Estimó que fue un encuentro "útil" en un momento especialmente delicado por la grave amenaza de concentración de tropas rusas en la frontera con Ucrania.

Según Stoltenberg, la discusión fue "franca y abierta, incluyendo la situación en Ucrania y nuestra preocupación por la concentración de fuerzas cerca de la frontera".

Para analistas (tras las reuniones de Ginebra y Bruselas) se ha abierto la impresión de que los mismos generales rusos han advertido al Kremlin del estallido que supondría la invasión plena de Ucrania.

Según algunos expertos, en el mismo círculo privado de Putin se le habría señalado que un error de Rusia con Ucrania podría provocar una tempestad política y económica en Moscú. Y llegaría a tener el efecto de arrastar al mismo Vladimir Putin si oligarcas de distinto signo se unen a disidentes y opositores para derribarle.

El Consejo OTAN-Rusia no se había reunido desde 2019 y en estos últimos años las relaciones entre Moscú y la OTAN no han dejado de deteriorarse. Ahora tanto la OTAN como Rusia han mostrado su disposición a reabrir sus respectivas oficinas de representación en Moscú y Bruselas. Una puerta abierta para el deshielo y el diálogo permanente que no debería cerrarse.