El tema de la disyuntiva fiscal resurge en el panorama económico de muchos países de América Latina y el Caribe con el propósito de reajustar el equilibrio fiscal.

En ese revoltillo de opiniones germina el pensamiento de que para resolver los males estructurales se hace necesario una reforma fiscal integral, un término ahora muy popular entre la jerga de los economistas, pero que  casi nadie explica en que realmente consiste esa llamada “reforma fiscal integral”.

El término resulta  hasta galán y elegante, pero en  su definición subyace una nube teórica sin que se explique la extensión y el contenido estructural de esa  mencionada “reforma fiscal integral”. En el escenario continental presiona una corriente del pensamiento estructural  de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) con sede en Santiago de Chile, que propugnan por  acrecentar los impuestos y al mismo tiempo aumentar la cobertura del gasto.

La economía mundial atraviesa por un momento delicado debido a la desaceleración de China que ha visto reducir  su crecimiento hasta llevarlo a un 6,5%, que es el estimado previsto para este año. Para otros teóricos del pensamiento económico moderno,  lo valido es tener una sostenibilidad fiscal como elemento clave tanto en tiempo de crisis como en el  de auge.

Otros recomiendan adoptar una “política contra cíclica” para contrarrestar la contracción económica en el tiempo,  y propugnan  además,  que los gastos deben ir acompañado por los ingresos. Esos mismos pensadores de la arquitectura fiscal,  sugieren que la economía se alimente por vía de  ingresos permanentes para tener una política fiscal indisoluble.

Los estrategas de la CEPAL creen asimismo en la prioridad de  aumentar la carga de la región para tener mayor equidad económica y social, abogando -de acuerdo a esa tesis-  por una política de recaudación progresiva acompañada por una acción de reducir la evasión y la ilusión impositiva.

Concluyen los expertos estructuralistas del organismo regional de las Naciones Unidas en  respaldar la importancia de responsabilidad fiscal como fórmula esencial para la consecución de una modelo fiscal sostenible y válido  en el tiempo.

En la República Dominicana, a título de ejemplo,   una importante asociación empresarial se declaraba a favor de implementar una reforma fiscal integral,  figura contenida en la Estrategia Nacional de Desarrollo. Queda ahora el reto de definir los objetivos,  alcances y profundidades de esa  reforma a la fiscalidad que genere aumentos en  los ingresos y de  los gastos,  sin poner en peligro la estabilidad económica y el desarrollo sustentable basado en un régimen de equidad social y que otorgue confianza y tranquilidad a los movimientos de capitales nacionales y extranjeros.
 

– Ver también, Crecimiento, gasto público y reforma fiscal: una visión keynesiana (Hechos de Hoy)