Carles Puigdemont robó todo el protagonismo a Salvador Illa. Reapareció. Pronunció su discurso. Y, de súbito, desapareció en tremenda humillación para el Gobierno de España que presidente Pedro Sánchez. Analistas apuntaron a Hechos de Hoy, que todo ha estado calculado al milímetro.
En los hechos de hoy, jueves 8, Puigdemont cumplió su palabra.
Reapareció en Barcelona en el paseo Lluís Companys para pronunciar un discurso (manifiesto o arenga) sin ser molestado en ningún momento por los Mossos d’Esquadra. No efectuaron la orden de detener al prófugo.
Puigdemont pronunció su discurso ante cuatrocientos vargos electos del partido (desde los siete diputados de Junts en el Congreso hasta el último concejal. La Assemblea Nacional Catalana (ANC) se encargó de la logística y la organización del regreso. A señalar que tuvo la complicidad del presidente de la Cámara, Josep Rull, que no se apartó de su lado.
El discurso de Puigdemont, el aliado de Sánchez para seguir en La Moncloa, atacó a los jueces, a los partidos “españolistas”, mintió sobre la supuesta persecución del idioma catalán y prometió una lucha sin cuartel hasta conseguir la independencia de Cataluña.
A destacar también que el Ayuntamiento de Barcelona, dirigido por el socialista Jaume Collboni, puso todos los medios necesarios para la celebración del acto.
El miércoles por la tarde comenzaron los preparativos y la instalación del estrado para el discurso. Luego caminó hacia la Cámara y, de repente, desapareció.
En ese momento le acompañaban Artur Mas, Laura Borràs y Quim Torra.
Al final el abogado de Puigdemont, Gonzalo Boye, y su amigo Jami Matamala llegaron a las puertas del Parlamento de Cataluña. El grupo de Junts en pleno accedió a la Cámara pero sin Puigdemont.
Como primeras conclusiones de este primer acto del jueves 8:
1. Confusión absoluta sobre el paradero del expresidente prófugo.
2. Otra puesta en escena para escarnio de los Mossos.
3. Ridículo del Gobierno de Pedro Sánchez.
El discurso de Puigdemont
Llegó a las 9 horas a la concentración para recibirle en Barcelona entre aplausos y al grito de “president” tras casi siete años viviendo en el extranjero por las consecuencias judiciales del procés. “He venido para recordarles que aún estamos aquí”, sus primeras palabras en un claro desafío a los tribunales españoles.
A la concentración, convocada una hora antes del inicio del pleno de investidura del socialista Salvador Illa al frente de la Generalitat, han asistido representantes de Junts, la Assemblea Nacional Catalana (ANC), Òmnium Cultural, CDR y la Associació de Municipis per la Independència (AMI), así como la CUP y ERC.
El discurso de Puigdemont apenas ha durado cinco minutos. Ha instado a no renunciar a la autodeterminación de Cataluña, señalando al mismo tiempo que un referéndum “ni es ni será nunca un delito”. “Aunque les hemos visto su cara de represores, hoy he venido aquí para recordarles que aún estamos aquí”.
Aseguró que desde la política no hay derecho a renunciar a la autodeterminación porque es un derecho que pertenece a los pueblos y es colectivo: “Ni es ni será nunca un delito hacer un referéndum”.
“Hoy muchos piensan festejar que yo sea detenido y pensarán que el escarnio nos y os disuadirá; que para escarmentar vale la pena incumplir una ley aprobada por su parlamento”, ha añadido, y ha afirmado que la amnistía debía servir, textualmente, para devolver a la política lo que nunca tendría que haber salido de la política.
“No sécuánto tiempo pasará hasta que nos volvamos a ver”, fue el final de su discurso.