La publicidad decía “Carmena se llama el sastre” y la burguesía madrileña hacía caso y frecuentaba tan artístico y eficaz establecimiento.

Digo bien Manola, no Manuela, porque así la llamábamos los compañeros de clase en la Facultad de Derecho de la Universidad Complutense de Madrid. Y digo “eventual alcaldesa” porque en este consistorio madrileño sucede como en los barcos donde rige el precepto que dice “nadie es perfecto, excepto el capitán”.

Esto es, o manda el capitán y los demás obedecen o el barco acaba yendo a la deriva. Existe una cierta sensación de que el centro de gravedad del consistorio madrileño no está claramente determinado y su rumbo, por el momento, indefinido.

Y siguiendo con los barcos que además de centro de gravedad poseen un centro de carena, al ayuntamiento madrileño le sucede que también posee un centro gravitatorio distinto del que representa, o debiera representar, nuestra querida compañera Manola.

Para los que no tienen ni idea de eso de los centros de gravedad y carena resumiré grosso modo; si el de gravedad queda por encima del de carena el barco corre gravísimo riesgo de quedarse con la quilla al aire e irse a pique.

Si las fuerzas que han aupado a Manola a la alcaldía de Madrid, el conglomerado de izquierdas radicales y el PSOE madrileño quedan por encima de Carmena el gran perdedor, a parte de los madrileños, será el PSM que quedará como un mero compañero de un viaje de un barco con rumbo hacia los acantilados.

Si Carmena consigue que la presión sobre Manola no supere su propia capacidad de resistencia es posible que echando algunos mendrugos de anisótropa memoria histórica y resucitando alguna nueva movida cutre, dejen a Manola Carmena hacerle a Madrid el traje que la capital necesita y merece y que ella, si quisiera, tendría capacidad de sobra para hacer.

– Ver en Hechos de Hoy, El halo de censura de Manuela Carmena con su "Versión Original".