Imposible un escenario de mayor tensión política e incertidumbre en España, unas perspectivas nunca imaginadas en el Grupo de los 20, el FMI, la Comisión Europea, la Casa Blanca y la Cancillería de Berlín (ver en Hechos de Hoy, Preocupación en la Unión Europea al portazo en España al pacto de Estado).
Mariano Rajoy puede recibir la puntilla por la crisis que nunca atajó. La corrupción política vuelve a dañar la imagen del Partido Popular (PP). Y sobre todo avivar las críticas internas contra el presidente del Gobierno en funciones. En el Partido Socialista (PSOE), bajo un ambiente de tensión interna sin precedentes, crece la convicción de que Pedro Sánchez está en el momento final de su dilema: llegar a La Moncloa y quizá no poder gobernar, o dar un paso atrás.
Desde la perspectiva de los analistas exteriores y los corresponsales políticos, cuatro años de lucha contra la crisis pueden sellar los liderazgos de Artur Mas (como ya sucedió), Mariano Rajoy y Pedro Sánchez. La impresión también de los mismos analistas es que esta legislatura podría ser fallida. Habría servido sólo para crear un clima de consensos sobre la figura de Patxi López para reconstruir el partido.
En sus declaraciones a Antonio Caño, director del diario El País, el expresidente Felipe González defininió con exactiud el momento político: “Vivimos un final de ciclo. No sabemos ni a dónde vamos ni quiénes somos. Falta un proyecto reformista para España”, sentenció.
Susana Díaz, la presidenta de la Junta de Andalucía, quiere buscar un pacto con Pedro Sánchez antes del Comité Federal. Por su parte el exvicepresidente del Gobierno, Alfonso Guerra, confió en que el que Comité Federal culmine con un acuerdo que sea respaldado por una mayoría sensata. Sobre todo recomendó "sinceridad" a Pedro Sánchez.