Domingo de vuelco político en la escena política. No habrá nuevos comicios en Cataluña y tampoco en España. Carles Puigdemont aseguró, en su discurso de investidura, que su mandato será el de "la postautonomía y la preindependencia".
¿Qué significado tendrá para España? ¿Qué tiempo político se abre? Sin duda el de la celeridad en Madrid donde todos los escenarios cambiaron radicalmente a favor de un acuerdo urgente de pactos y de reformas que acaben con el proceso de interinidad y dejen al costado el escenario de nuevas elecciones (ver en Hechos de Hoy, Carles Puigdemont, a medio camino entre la CDC, ERC, y la CUP).
En su discurso, Carles Puigdemont reconoció no esperaba ser elegido como candidato pero añadió que esta no es una "época para cobardes, ni para a los que les tiemblan las piernas", añadiendo que pedirá a la gente que le acompañe en este trayecto y que "se deje la piel para hacer bien las cosas".
Fue pedagógico en la hoja de ruta de la Generalitat para llevar a cabo la desconexión con España. Entre los puntos fundamentales de la ruptura ha destacado la necesidad de crear una Hacienda propia asegurando que ya tienen "trabajando los mejores especialistas". Además ha prometido medidas de regeneración y transparencia. Entre otras, una nueva ley electoral catalana, pendiente desde el inicio de la autonomía.