Fin sin resultados convincentes en la primera parte de la conferencia Ginebra II, que es la última oportunidad para poner fin a  las matanzas y el odio en la guerra civil siria. En el mismo escenario de Oriente Medio, el mayor aviso a la vez a Benjamín Netanyahu de las graves consecuencias que puede tener para Israel un colapso en las conversaciones con la Autoridad Nacional Palestina (ANP). Pero también llegó el mensaje, con el caso de Scarlett Johansson y su ruptura con la ONG Oxfam, de lo inaceptable de la política de asentamientos y de la ocupación de Palestina cuando de lo que se trata es de avanzar rápidamente hacia el único escenario posible, el de la coexistencia de Israel y Palestina como dos Estado con fronteras seguras y reconocidas.

En los recientes debates en Davos, el presidente Simón Peres y la ministra de Justicia, Tzipi Livni, pudieron comprobar el sentimiento internacional que crece de frustración porque no se alcance  un acuerdo de paz. Aumenta a la vez el rechazo a las empresas que tienen su sede en asentamientos, el suelo de la Pestina ocupada. Pero también, y debería de ser lo más inquietante para Benjamín Netanyahu, se está extendiendo el rechazo y el boicot a otras empresas israelíes aunque no estén implicadas de forma directa en los asentamientos.

Para la compañía SodaStream, que tiene su sede en el asentamiento judío de Ma’ale Adumim, en Cisjordania, ha sido una desagradable sorpresa el veto de de la ONG Oxfam a Scarlett Johansson. El secretario de Estado, John Kerry, el Kissinger de Obama en Oriente Medio, y el hombre que apostó por el deshielo entre Washington y Teherán, lo ha expresado con la mayor crudeza posible a Benjamin Netanyahu. Jerusalén tiene que alcanzar un acuerdo de diálogo y paz, y a la vez poner fin de manera definitiva a la ocupación de Cisjornadia.

No sólo es la presión de Estados Unidos. Los grandes patronos israelíes  lanzaron el mismo mensaje desde el Foro Económico Mundial en Davos. Lo grave para Benjamín Netanyahu es que también piensan lo mismo Simón Peres y la ministra de Justicia, Tzipi Livni. Son dos cuestiones, hay que cerrar el proceso de diálogo, y hay que acabar con la política de los asentamientos, que supone lisa y llanamente la ocupación de Palestina.

Netanyahu no ha comprendido que desde la óptica europea es incomprensible la política de asentamientos. No puede haber ninguna razón política, estratégica o militar para mantenerlos. Son inadmisibles, y realmente intolerantes. Alemania y España han mantenido una política de comprensión pero el sentimiento de rechazo avanza en la Unión Europea.

La ruptura entre Scarlett Johansson y Oxfam es el ejemplo más elocuente del nuevo escenario que avanza. Tras ocho años como embajadora, recaudando fondos y ayudando a concienciar al mundo sobre la lucha humanitaria de la ONG, la actriz ha decidido marcharse. Le superó la dura polémica por ser el rostro de Sodastream, la marca de la fábrica en suelo ocupado palestino, en una colonia de Cisjordania, una violación de la legislación internacional denunciada por Oxfam

La ONG destacó en un comunicado  que publicitar Sodastream y trabajar para Oxfam es “incompatible”. Al cerrarse enero, las tendencias de este 2014 han quedado pautadas. El corazón de la crisis no se encuentra en Teherán sino en la guerra civil siria que esta consumiento el país en una matanza de inocentes que conmueve a Francisco. Por su parte Israel llegó a su encrucijada dramática, el dilema de buscar el camino de convivir con Palestina o entrar en el peor escenario del camino que no le llevará a ninguna parte.