El padre Federico Lombardi desveló el secreto más conocido en Ciudad del Vaticano. Benedicto XVI no será un espectador lejano de la gran misa de canonización y menos lo verá por televisión. Lo podrá hacerlo lógicamente por la tarde-noche para disfrutarlo de nuevo porque este acto supone su retorno, y su triunfo, sobre quienes en la Curia hicieron la broma malliciosa del débil "pastor alemán".
Benedicto XVI fue el Papa que cambio la historia de la Iglesia permitiendo con su renuncia la llegada de Francisco que es un ciclón a quien no amilana el disgusto en sectores de la Curia porque convivan a la vez en Roma un Papa emérito, y el jesuita que "llegó del fin del mundo", Suponen además unos cambios de costumbres que muchos encajan mal porque no aceptan la humildad y sencillez no de palabra y espíritu sino en el día a día que practica Francisco.
En las horas previas, el buen humor de Francisco, que nunca lo pierde pero preocupación por la crisis de Ucrania que está seguro se encauzará por el diálogo como no puede ser de otro manera. El sábado el Papa se comprometió a "hacer todo lo posible" por la paz en Ucrania al recibir en el Vaticano al primer ministro, Arseni Yatseniuk. "Espero que con este bolígrafo firme la paz", le dijo el Papa almientras se lo entregaba como regalo. "Haré todo lo posible" para que se logre, le enfatizó Francisco.
El día de los cuatro Papas
El papa emérito Benedicto XVI y el papa Francisco juntos este domingo en la misa de canonización de Juan XXIII y de Juan Pablo II El Papa Emérito, de 87 años, presidió con Francisco la santificación del pontífice polaco, con el que colaboró por casi 25 años, como prefecto de la Doctrina de la Fe. La ceremonia en la plaza de San Pedro ha sido concelebrada por 150 cardenales, mil obispos y 6.000 sacerdotes del mundo entero. Contó también también representantes de todas las religiones, entre ellos una importante delegación judía, para rendir homenaje a dos Papas que lucharon contra los prejuicios.
La presencia de Benedicto XVI es muy relevante. Se trata de la primera vez que el pontífice alemán, que renunció en febrero del 2013, asiste a una ceremonia pública presidida por Francisco.
Lo revelado por Madariaga
La ceremonia de este domingo ha tenido también vísperas polémicas pero bien significativas con las preguntas de "¿Qué pretende este argentinito?" y la afirmación de "Hemos cometido un error", hechas por altos prelados del Vaticano y reveladas por el influyente cardenal hondureño Oscar Rodríguez Maradiaga, muy cercano a Francisco, en un discurso el pasado 8 de abril en Florida ante un grupo de sacerdotes de la Orden de los Hermanos Menores, según informó la revista católica norteamericana National Catholic Reporter.
Lo revelado por Rodríguez Maradiaga (hombre de confianza de Francisco, coordinador del G-8 vaticano) reflejan las fuertes resistencias que se perciben contra Francisco. Un Papa que, según Rodríguez Maradiaga, está tratando de "construir un nuevo modo de ser Iglesia", pero cuyo camino está encontrando dificultades en la Curia.
En su discurso del 8 de abril, el arzobispo de Tegucigalpa,destacó que con Francisco "hay un nuevo concepto de Iglesia", así como "una nueva forma de pensar, incluyendo la manera de gobernar en la Iglesia". En sus palabras, Rodríguez Maradiaga destacó que mientras el Papa es muy popular en todo el mundo, está viviendo a la vez una seria oposición en el seno de la Curia..
"Tenemos que estar preparados, ya que esta bella pero extraña popularidad está comenzando a fortalecer fidelidades, pero igualmente está despertando la sorda oposición, no sólo en la vieja curia, sino también en algunos que están preocupados de perder privilegios en el tratamiento y en las comodidades", advirtió Rodríguez Maradiaga..
"Expresiones como ´¿Qué pretende este argentinito?´, o la frase de un reconocido cardenal ´Hemos cometido un error´, están comenzando a hacerse sentir" en los pasillos del Vaticano, insistió Rodríguez Maradiaga. Estas palabras no se hubieran conocido sin la filtración del sacerdote Thomas Washburn, secretario ejecutivo de la English Speaking Conference, que agrupa a representantes de Estados Unidos, Canadá, Gran Bretaña y Malta. Proporcionó el texto leído por el cardenal al National Catholic Reporter.
Rodríguez Madariaga habló sin pelos en la lengua, de manera descarnada, pero con deseo a la vez de que trascendiera. Fueron a la vez palabras muy medidas en la víspera de la dobre canonización de este domingo y la nueva reunión que va a celebrar en Roma el G-8 vaticano.
Una ceremonia para la historia
El episodio Bertone -que abordó Hechos de Hoy– y las revelaciones de Madariaga muestrasn las luces largas de la ceremonia que llevó a Roma a la mayor concentración de peregrinos de toda su historia. De una vez Juan XXIII y Juan Pablo II son canonizados en una ceremonia que es una jugada audaz de Francisco. Reconoce a la vez a dos figuras emblemáticas y cierra el clima de fractura entre conservadores y reformistas en la Iglesia. Unió al "Papa viajero" (pontífice de posiciones conservadoras) y al "Papa bueno" (que modernizó el catolicismo con el Concilio Vaticano II).
Frente a resistencias en la Curia, y posiciones de conservadores y reformistas, las respuestas de Francisco son las de la humildad y la unidad. El mensaje central de este acto histórico del día de los cuatro Papas es sencillo y profundo. Francisco está convencido de que la Iglesia tiene que moverse, ir hacia adelante, dejando atrás estructuras fosilizadas y actitudes pastorales inquisitorias. Lo ha dicho con suavidad, en su italiano dulce, pero con firmeza absoluta. Es el mensaje central de esta ceremonia para la historia.
