– Juan XXIII. Angelo Giuseppe Roncalli fue el Papa número 261 de la Iglesia entre 1958 y 1963. El momento culminante de su papado fue, sin duda, su iniciativa personal, apenas tres meses después de su elección como pontífice, de convocar el Concilio Vaticano II, que imprimiría una orientación pastoral renovada en la Iglesia del siglo XX. Fue beatificado en el año 2000, por el papa Juan Pablo II. El 5 de julio de 2013 el papa Francisco firmó el decreto que autoriza la canonización de Juan XXIII, que se efectúa conjuntamente con la de Juan Pablo II este domingo en Ciudad del Vaticano.

– Juan Pablo II. Karol Józef Wojtyła fue el Papa número 264 entre 1978 y 2005. Se convirtió en el primer Papa polaco de la historia, y en el primero no italiano desde 1523. Su pontificado de casi 27 años fue el tercero más largo en la historia de la Iglesia después del de San Pedro-entre 34 y 37 años-  y el de Pío IX -31 años-. Jugó asimismo un papel decisivo en el fin del comunismo en su Polonia natal y, finalmente, en toda Europa. Sufrió un intento de asesinato el 13 de mayo de 1981, mientras saludaba a los fieles en la Plaza de San Pedro, a manos de Mehmet Ali Agca. Visitó 129 países durante su pontificado, hablando los idiomas italiano, francés, alemán, inglés, español, portugués, ucraniano, ruso, croata, esperanto, griego antiguo y latín, así como su natal polaco. Beatificó a 1340 personas y canonizó a 483 santos, más que la cifra sumada de sus predecesores en los últimos cinco siglos. El 19 de diciembre de 2009, Juan Pablo II fue proclamado venerable por su sucesor, el papa Benedicto XVI, quien posteriormente presidió la ceremonia de su beatificación el 1 de mayo de 2011.

Antes de la ceremonia de este domingo, Francisco enmarcó la personalidad de Juan XXIII y Juan Pablo II. Su decisión de unificar las dos canonizaciones ha sido considerada -reconocieron fuentes vaticanistas a Hechos de Hoy– como la respuesta audaz y necesaria para el proceso de cambio y renovación que busca en la Iglesia.

Francisco ha definido a los dos nuevos santos como "un don" para la Iglesia. Así se pronunció en sus mensajes a los habitantes de Bérgamo (norte de Italia) donde nació Juan XXIII y a toda Polonia, la patria de Juan Pablo II.

"Los invito a agradecer el Señor por el gran don que Su Santidad ha sido para la Iglesia universal y los aliento a custodiar la memoria del terreno en el cual ésta germinó: un terreno hecho de fe profunda vivida en lo cotidiano, de familias pobres pero unidas por el amor del Señor, de comunidades capaces de compartir en la simplicidad pero también a aquellos que no pertenecen a la Iglesia y a la entera comunidad civil", dijo Francisco a los religiosos y a los fieles de la diócesis de Bérgamo "Claro, desde entonces el mundo ha cambiado y son nuevos los desafíos, sin embargo, esa herencia puede inspirar aún hoy una Iglesia llamada a vivir la dulce y reconfortante alegría de evangelizar, a ser compañera del camino de cada hombre", destacó Francisco.

En su videomensaje a Polonia, agradeció "el don de Juan Pablo II". "Todos hemos sido enriquecidos por este don. Juan Pablo II sigue inspirándonos. Nos inspiran sus palabras, sus escritos, sus gestos, su estilo de servicio. Nos inspira su sufrimiento vivido con esperanza heroica, su total encomendarse a Cristo", dijo Francisco. Recogió el testimonio de Benedicto XVI cuando le definió como "un gigante" que "abrió a Cristo la sociedad, la cultura, los sistemas políticos y económicos" y que ayudó a los cristianos "a no tener miedo.

Con la ceremonia de este domingo se abre para Francisco un primer momento de balance de su pontificado y de reflexión ante grandes avances, gestos e iniciativas , que se han encontrado también con resistencias. Francisco quiere ahora coger fuerzas y preparar a fondo su viaje a Tierra Santa, con atención a la situación en Siria, y el diálogo de la paz entre Palestina e Israel.