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PASIÓN Y SIMPATÍA

Josetxo y Pachu, un duelo de grandes chefs de 11 y 10 años

Paula y Candela se quedaron a un paso del duelo final y demostraron su talento en el restaurante Diverxo reproduciendo platos del chef Dabiz Muñoz. Las lágrimas de Candela contagiaron a Pepe Rodríguez.

Hechosdehoy / Olvido Rita Ferreiró
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Lo dijo Pepe Rodríguez, jurado de MasterChef Junior minutos antes de proclamar al ganador: "Hoy es un día para tener dos trofeos, porque no los habéis puesto muy difícil". Así fue cuando se enfrentaron en la última prueba un Josetxo, de 11 años, todo pasión y trabajo y creatividad y una Pachu, de 10 años, alegre, trabajadora, positiva y algo más clásica, si eso se puede decir de una niña tan pequeño.

Josetxo, que al final se impuso en el duelo, ha demostrado que se puede conseguir cualquier meta con estos dos ingredientes: pasión y trabajo… y sin pisar a nadie, siempre con respeto a los compañeros. El ganador de la sexta edición de MasterChef Junior tiene 11 años, vive en Madrid y se define como “súper competitivo”. Ha sabido maridar su pasión por la cocina y el Atlético de Madrid, equipo en el que juega y en el que ha aprendido que debe darlo todo en cada instante. Su lema es: “Si caemos, nos levantamos”.

Empezó a desarrollar su pasión por la cocina ayudando a su padre en casa y, en televisión ha demostrado la increíble destreza que tiene en los fogones, ya que en multitud de ocasiones ha conquistado el estómago del jurado con sus platos.

En la final, Josetxo y su compañera Pachu, los duelistas de la gran final de MasterChef Junior 6, demostraron su talento cada uno con su personalidad. "Estamos muy orgullosos de vosotros. Habéis aprendido de todos los retos que os hemos planteado y siempre con buen humor. Nunca os hemos visto enfadados, ni habéis tenido un mal gesto hacia vuestros compañeros. Nos habéis presentado un menú que podríamos encontrar en cualquier restaurante con estrella Michelin y no solo os habéis atrevido a diseñarlo, lo habéis ejecutado como si estuvieseis en una cocina profesional”, reconoció el jurado tras la cata.

Tanto Josetxo como Pachu dejaron con la boca abierta al chef Joan Roca (tres estrellas Michelin), que acudió para ayudar al jurado a tomar la difícil decisión de seleccionar al ganador. “Estoy impresionado de verlos tan sueltos y tan seguros. Tengo que daros la enhorabuena. Ojalá inspiréis a muchos niños y les animéis a cocinar”, deseó el chef invitado.

En el duelo final, nada más entrar en las cocinas, Josetxo se puso muy nervioso por estar cumpliendo un sueño y sintió la responsabilidad de lucir la chaquetilla. “Ha sido una gran experiencia y me lo he pasado súper bien. Creo que a un montón de chefs les gustaría que Joan Roca probase sus platos y yo, que soy un minichef, lo he conseguido”, reconoció antes de saber que era el vencedor de la noche.

En esta emotiva final, los finalistas estuvieron acompañados de sus familiares y sus compañeros de MasterChef Junior 6. Tampoco faltaron los traviesos hermanos gemelos de Josetxo, que bromearon diciendo que no querían que volviese a casa. 

Durante el cocinado, Josetxo y Pachu estuvieron tan concentrados que no se dieron cuenta de la suciedad de sus chaquetillas, por lo que el jurado les pidió que se cambiaran antes de conocer el veredicto. “Nunca me había manchado tanto en mi vida. Esto parece un cuadro abstracto de Vincent Van Gogh”, se rio Josetxo.

Un menú muy técnico y atrevido

Josetxo creó un menú basado en la tradición y el producto, aplicando las técnicas de vanguardia aprendidas y le dedicó a su padre el menú más difícil de la noche. “Gracias por enseñarme a cocinar y apoyarme. Ahora te toca a ti ser pinche”, bromeaba  con su padre.

El entrante de Josetxo era un ceviche de carabinero y percebes, llamado El Parraque del carabinero porque presentó la cabeza del carabinero tumbada en un plato y le recordaba al “parraque” que Carmen Lomana sufrió en MasterChef Celebrity 3. Tanto el jurado como Joan Roca destacaron que estaba perfecto. Continuó con El rey coral, una merluza cocinada a baja temperatura con falso caviar de ajo negro, emulsión de aceitunas verdes y coral de tomate. Y recibió una mínima crítica de Jordi Cruz aunque Pepe Rodríguez quería copiarle el plato sin modificaciones.

Para cerrar el menú, sirvió El Nitropostre: un cuscús de frambuesas con nitrógeno, helado de coco, bizcocho de chocolate y aire de menta. Para Samantha Vallejo-Nágera se trataba de “un postre de mayores”. "Me parece que tiene mucha técnica y está bien realizada”, matizó la juez. Un postre de 10, que “técnicamente está muy bien hecho y los sabores están en armonía”, aplaudió Joan Roca. “Vemos algo totalmente atrevido. Es una combinación extraña, pero tiene los sabores bien definidos que demuestran que quieres hacer algo atrevido”, explicó Jordi

"Estoy contento con mi trabajo porque creo que he servido unos buenos platos y espero que les guste. Estoy orgulloso de mi trabajo”, afirmó Josetxo minutos antes de saber que era el nuevo ganador del talent culinario.

Pachu y su menú “digno de los paladares más exigentes”

Pachu se quedó a nada del ansiado premio. “Me da un poco de rabia no haberlo podido conseguir, porque he estado tan cerca, pero por otro lado estoy contenta y muy orgullosa porque he llegado hasta aquí y no a todo el mundo le pasa. Ha sido increíble”, reconoció esta niña madrileña de 10 años. Pachu tiene muy claro que seguirá dedicándose a la cocina y que abrirá un restaurante que se llamará El Cielo, porque tendrá muchas estrellas Michelin.

De entrante sirvió Mi cielo para Jordi: un tartar de cigala con caviar de cítricos, emulsión de aguacate, mayonesa de kimchi y al ga nori, un homenaje a Jordi Cruz que, seguramente, Pachu añadirá a la carta de su restaurante porque conquistó al jurado. “Está muy bien el atrevimiento de pensar algo nuevo con una cigala. Me parece genial la idea, la ejecución y la presentación”, sentenció Joan Roca.

Su plato principal, sin nombre porque eso de titular sus platos no es su fuerte,  era un bacalao frito con crema ligera de setas, huevo cocido a baja temperatura y trufa, que dedicaba a Pepe Rodríguez. “Creo que es un plato muy tradicional, pero le falta esa chispita que quizás tenía el plato de Josetxo. Está implacablemente ejecutado y solo puedo felicitarte”, afirmó Jordi Cruz.

De postre, elaboró milhojas para Samantha con pasta brick, mousse de chocolate y coulis de frutos rojos. Un trabajo “impecable” y “muy rico”. “Para mí es un postre tradicional perfecto”, sentenció Samantha Vallejo-Nágera.

Dos menús dignos de grandes chef, pero realizados por dos niños de 10 y 11 años que lo bordaron. Sólo uno podía llevarse el trofeo, los  12.000 euros para su formación y un curso de cuatro días en el Basque Culinary Center. Fue Josetxo y con merecimiento. Aunque también podría haber sido Pachu, que debe de estar muy orgullosa de haber llegado al duelo final, no abandonar su afición por la cocina y, sobre todo, no borrar nunca esa sonrisa tan especial de su rostro. ¡Enhorabuena a los dos!

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