Una cumbre histórica de la OTAN que abre las puertas al ingreso pleno de Ucrania en el momento en que se ponga fin a la guerra.
Joe Biden, uno de los presidentes norteamericanos de la edad moderna de Estados Unidos con mayor conocimiento de la política exterior y las claves geopolíticas, obtuvo en los hechos de hoy uno de sus mayores logros en Vilna (Lituania).
— Desde Finlandia al mar Negro ha establecido la nueva frontera de la Europa continental con la Federación Rusa con la excepción de Bielorrusia (un país donde crece en niveles de la población y las Fuerzas Armadas el deseo de libertad, respeto a los derechos humanos y el sueño de ingresar en la Unión Europea y la OTAN).
— Ucrania será miembro pleno de la OTAN en el momeno del fin de la guerra, el cese definitivo de los combates y la firma de tratados de delimitación de fronteras y reafirmación de lo pactado tras el final de la II Guerra Mundial.
— Biden ha logrado el compromiso del G-7 para facilitar la seguridad a Ucrania el tiempo que haga falta (una asistencia militar completa hasta el final de la guerra).
– En Vilna quedó confirmado por primera vez que existe un teléfono rojo (línea directa de comunicación permanente) entre el director del Servicio de Espionaje Exterior (SVR) de Rusia, Serguéi Narishkin, y el director de la CIA de Estados Unidos, William Burns. No sólo se estaría hablando de un horizonte del fin de la guerra y retirada rusa (la fecha de diciembre de este 2023). También del escenario político en Rusia con la figura al alza de Mijaíl Vladímirovich Mishustin -político, ingeniero y economista-. Presidente del Gobierno de la Federación de Rusia desde 2020. En caso de muerte o renuncia del presidente Vladimir Putin, será la persona que le sucedería.
— Recep Tayyip Erdoğan, el presidente de Turquía, ha retirado sus objeciones sobre el pleno ingreso de Suecia en la OTAN. Se ratificará en octubre.
— La OTAN. como insistía Biden, refuerza su relación de seguridad con los países del AP4 en la región de Asia-Pacífico (Austrañia, Corea del Sur, Japón y Nueva Zelanda).
Para Volodímir Zelenski, un baño de masas en Vilna y un enorme éxito político al quedar blindada la seguridad de Ucrania bajo el paraguas del G-7 hasta convertirse en miembro pleno de la OTAN (es obvio que no puede entrar en la Alianza hasta que cese la guerra y se firme la paz).
Un colosal fracaso de Vladimir Putin y su reducido círculo de lealtades en Moscú y San Petersburgo. Ha sufrido la humillación de una cumbre de la OTAN en Lituana y la confirmación de una frontera directa de la Alianza Atlántica con la Federación Rusa.
.La cumbre terminó el miércoles con una declaración conjunta de los líderes del G-7 para que sus naciones negocien compromisos de seguridad bilaterales a largo plazo para que Ucrania construya sus defensas terrestres, marítimas y aéreas para disuadir futuros ataques rusos. La medida es una decisión intermedia diseñada para ayudar a Ucrania hasta un momento futuro en el que se una a la OTAN y puede hacerse con la llave del principio de “ataque a uno, es un ataque a todos”.
Fue histórico el momento de la cumbre con la retirada de Turquía de su veto a que Suecia se convirtiera en el miembro número 32 de la Alianza. Se puso fin así a meses de diplomacia entre bastidores por parte de la Administración Biden en el extranjero y en el Congreso de los Estados Unidos.
