Es una inmensa tragedia nacional en Guatemala, en estado de emergencia decretado por el presidente Jimmy Morales. Las incógnitas se precipitan. ¿Por qué un volcán tan peligroso como Fuego no fue vigilado? Si se hubiera avisado, se habría permitido el desalojo de las poblaciones más cercanas. Es difícil establecer el número de víctimas. Se teme una catástrofe cuando se pueda establecer el verdadero balance.
A contrarreloj continúa la búsqueda de desaparecidos tras la potente erupción desde el domingo del Volcán de Fuego en Guatemala que según primeras evaluaciones oficiales ha dejado al menos 62 víctimas mortales, cientos de heridos, miles de evacuados, un número aún indeterminado de desaparecidos y dos millones de afectados.
La identificación de los fallecidos resulta muy difícil porque la mayoría han perdido sus facciones y sus huellas dactilares.
Una de las comunidades más afectadas es la de El Rodeo, donde las casas y sus habitantes quedaron totalmente enterradas por el río de lava procedentes del Volcán de Fuego.
El volcán, ubicado a menos de 50 kilómetros al oeste de Ciudad de Guatemala, escupió durante más de 16 horas nubes de ceniza, ceniza caliente mezclada con agua, piedras y escombros que bloquearon las carreteras y asolaron zonas habitadas y campos. Se trata de la erupción más violenta de los últimos 40 años. Según el Instituto de Vulcanología, existe la probabilidad de una reactivación del volcán.
En las dantescas imágenes difundidas por las cadenas de televisión y en vídeos publicados por las redes sociales, se ven levantarse enormes columnas de ceniza de hasta 6.000 metros de altura, y en el suelo algunos cadáveres semicubiertos del material expulsado por el volcán. Además, grandes zonas con viviendas y vehículos destruidos, quemados o semienterrados.