Los ingredientes
– 1 kilo de pollo (pechugas o cuartos)
– 3 cebollas medianas
– 2 hojas de laurel
– 1 cucharadas de pimentón fuerte (o menos, según le guste lo picante)
– 3 o 4 cucharadas de aceite de oliva
– 1 lata de 340 gramos de leche condensada (puede ser desnatada y con el 50% menos de azúcar)
– 5 cucharadas de vinagre de jerez
– 1,5 litros de agua hirviendo
– sal al gusto
La preparación
Pelar las cebollas y cortar en juliana.
Calentar el aceite en una sartén y echar el pollo cortado en trozos de tamaño medio, dándole frecuentes vueltas para que no tome color. Cocinar durante un par de minutos y añadir la cebolla. Remover bien y pochar un poco.
Espolvorear con el pimentón, añadir un poco de sal y las hojas de laurel. Remover bien y agregar poco a poco el litro y medio de agua hirviendo.
Cocinar durante unos 45 minutos a temperatura baja, dándole vueltas de vez en cuando.
Sacar los trozos de pollo del caldo, quitar los huesos y partirlos la carne a un tamaño que se pueda comer sin necesidad de cuchillo.
Volver a echar en el caldo y añadir la leche condensada y el vinagre. Dejar cocer unos minutos, rectificar de sal, sacar las hojas de laurel y servir bien caliente acompañado de pappardelle (tallarines bien anchos).