Cautela y expectación en los mercados ante los indicios y las informaciones de una lucha de poder en el Kremlin. Ha estallado una pugna abierta entre quienes quieren el alto el fuego y los que desean la destrucción total de Ucrania.

El mercado del petróleo podría registrar variaciones bruscas en función del rumbo de las negociaciones entre Rusia y Ucrania. La reanudación de las conversaciones alberga nuevas esperanzas de un fin de la guerra, en un momento en el que Rusia parece haber reducido sus objetivos territoriales y Ucrania se muestra claramente dispuesta a aceptar un acuerdo de neutralidad.

Las negociaciones entre Moscú y Kiev no solo condicionarán el precio del petróleo. El conjunto de los mercados podría verse afectado por las novedades que deparen las conversaciones, y los inversores abren la puerta a la esperanza ante la posibilidad de nuevos avances.

Pero preocuoan los indicios serios del estallido de una lucha de poder en el Kremlin. De una parte Roman Abramovich, de 55 años y madre ucraniana, cuenta con el apoyo del ala de la élite moderada de Moscú, y de oligarcas y militares, para buscar un alto el fuego inmediato. Tiene el apoyo directo del presidente de Ucrania y de los gobiernos de Israel y Turquía.

Serguéi Shoigú, de 66 años, de madre ucraniana, ministro de Defensa de Rusia, apoya también un alto el fuego para abrir una negociación formal y reducir la alta tensión con la Unión Europea, la OTAN y Estados Unidos. Tiene un perfil político y militar, y habla habla nueve idiomas con fluidez, incluidos inglés, japonés, chino y turco, además del ruso.

Abramovich y Shoigú habríaj sido puestos bajo vigilanioa por el sector más radical del Servicio Federal de Seguridad de la Federación de Rusia (los sucesores de la KGB).

Abramovich había participado hasta ahora de buena fe en las conversaciones. Pero quedó sorprendido con el mensaje último de Moscú a Kiev, "Dile que lo aplastaré", la última respuesta de Vladimir Putin a Roman Abramovich cuando le llevó una nota escrita por Zelenski.

Abramovich intentó oficiar de mediador entre los presidentes de Rusia y Ucrania pero su última reunión con Putin no dejó lugar para la esperanza, según reveló The Times.

El miércoles pasado un avión privado Hawker 800XP despegó por la mañana del aeropuerto Ataturk de Estambul, se dirigió hacia el este sobre el Mar Negro y entró en el espacio aéreo ruso sobre Sochi. Poco después, cerca de la ciudad de Mineralnye Vody, apagó su rastreador de vuelos.

Esa noche, el mismo avión partió del aeropuerto de Vnukovo, Moscú, y regresó a Estambul. A bordo estaba Roman Abramovich, que ha actuado como enviado no oficial del presidente Putin en las conversaciones con Ucrania.

En Moscú, Abramovich se reunió con Putin y le entregó una nota escrita a mano por el presidente Zelenski, describiendo los términos que Ucrania consideraría aceptar para poner fin a la guerra de un mes. La respuesta inicial de Putin fue inequívoca y brutak, "Dile que los aplastaré·.

Abramovich ha estado tratando de rescatar su reputación después de que el Reino Unido y la Unión Europea le impusieran sanciones por su cercanía con Putin.

Sus activos se congelaron en Gran Bretaña y otras partes del continente, obligándolo a vender de manera forzosa sus propiedades en Londres, así como del club de fútbol Chelsea. Pero sus yates y jets, que valen cientos de millones de dólares, permanecen fuera de los límites mientras esquivan aguas y espacios aéreos sancionados.

También cuenta con el respaldo del presidente Zelenski quien habría pedido a Joe Biden que no tome medidas contra el oligarca ruso debido a su importante papel como pacificador en las negociaciones con Putin.

Según The Times, tras la reunión con el presidente ruso, Abramovich regresó a Estambul donde se reunió con el político ucraniano Rustem Umerov, de quien se dice que actúa como negociador de Kiev.

Se reunieron en un hotel de cinco estrellas de la capital turca, bajo el apoyo del portavoz del presidente Recep Tayyip Erdoğan, Ibrahim Kalin.

The Times aseguró que han tenido varias conversaciones y parecen que están progresando pues se han fijado nuevas conversaciones cara a cara durante esta semana. Kalin le dijo al periódico Hurriyet el fin de semana pasado que estaban "cerca de llegar a un acuerdo" sobre cuestiones clave sobre la OTAN, la desmilitarización y el estatus protegido del idioma ruso.

Pero todavía hay diferencias sobre el futuro de Crimea, que Rusia anexó en 2014, y Donbas, que ha estado ocupado en su mayor parte durante el conflicto actual.

Kalin planteó la idea de que Moscú mantuviera Crimea y Donbas bajo un contrato de arrendamiento a largo plazo como el que Gran Bretaña tuvo sobre Hong Kong de 1898 a 1997.

Se cree que Putin está considerando la idea, pero se dice a la vez que su furia por los fracasos de su ejército y el odio hacia Zelenski lo están frenando.

Abramovich y Umerov han visitado al presidente ucraniano en Kiev, ciudad devastada por la guerra, después de viajar en aviones privados en ruta a través de Varsovia, Polonia. El empresario ha estado volando en un avión propiedad de una firma turca debido a que está bajo sanciones de la Unión Europea.

Él es uno de al menos 20 oligarcas rusos en Turquía que siguen la línea entre Putin y las restricciones occidentales. Tiene dos de sus yates amarrados en Bodrum, en la costa suroeste, a pesar de la presencia de manifestantes ucranianos.

La nota manuscrita a Putin

Turquía no ha sancionado a Abramovich y parece haberle permitido ayudar en las negociaciones en torno a la guerra. El presidente de Ucrania, Volodimir Zelenski envió una nota escrita a mano para Vladimir Putin con sus términos para detener la invasión rusa a su país, pero el presidente de Rusia no reaccionó bien a la nota.

Fuentes cercanas al oligarca dijeron a The Times que Abramovich está decidido a poner fin a la guerra después de ver los horrores en Ucrania, donde nació su madre Irina. Mientras tanto, se está llevando a cabo otra serie de negociaciones en Turquía entre los ministros de Relaciones Exteriores de Rusia y Ucrania.

Serguéi Lavrov y Dmytro Kuleba se reunieron en Antalya el 10 de marzo, con el ministro de Relaciones Exteriores de Turquía, Mevlut Cavusoglu, supervisando la conversación que finalmente fracasó. Abramovich también se reunió con el excanciller alemán Gerhard Schroeder para tratar de negociar la paz con Putin a principios de este mes.

Se cree que se conocieron en uno de los hoteles de lujo de la capital rusa donde se hospedaba el ex primer ministro, según múltiples fuentes. El oligarca entró y salió por una puerta lateral para evitar ser visto, dice el diario alemán Bild. Se cree que la reunión tuvo lugar en la misma suite donde la esposa de Schröder, Soyeon Schröder-Kim, oró por la paz con el Kremlin en Instagram.

Las conversaciones duraron “varias horas” y se conoció que más tarde Schröder se reunió con Putin en el Kremlin.mNo se dieron a conocer más detalles, pero se asegura que el oligarca quería encontrar una manera de detener el conflicto.

Abramovich, un multimillonario ruso-portugués-israelí, estuvo cerca del Kremlin durante el gobierno de Boris Yeltsin. Se dice que fue la primera persona en recomendar a Putin como reemplazo de Yeltsin al entonces presidente. Durante el tiempo de Putin en el poder, Abramovich fue gobernador del Okrug autónomo de Chukchi durante ocho años.

Tras el ataque de Rusia a Ucrania, el Reino Unido impuso sanciones a Abramovich, quien ha sido propietario del Chelsea durante casi 20 años desde que compró el club en 2004.

Solaris, es uno de los superyates propiedad del oligarca Roman Abramovich, que está navegando aguas internacionales tratando de eludir las sanciones de la Unión Europea y encontró puerto en el sureste de Turquía.

Todo ha cambiado

El equipo del oeste de Londres ya está a la venta y actualmente se encuentra en un proceso de licitación.
Abramovich se ha comprometido a cancelar la deuda de más de 1.900 millones de dólares del Chelsea y el frenesí de ofertas por el club podría hacer que el acuerdo final supere los 3.900 millones de dólares.

El multimillonario ruso hizo su fortuna comprando activos estatales descontados después del colapso de la Unión Soviética y posee miles de millones de libras en activos en el Reino Unido.

En el último mes, se vio afectado por una serie de sanciones en el Reino Unido y la Unión Europea debido a su estrecha relación con Putin, y se apresuró a desinvertir antes de que llegara la congelación de activos.

Su posición era muy fuerte pero todo cambió. El secror radical que apoya a Putin ha asegurado que buscaba una alianza con Lavrov y Shoigú para una junta cívico militar en Moscú. Muchos analistas dentro y fuera de Moscú creen que Putin, como dijo Biden (con cierta impaciencia y crueldad) no puede seguir tras las murallas del Kremlin. La respuesta de los duros, el ala más siniestra de los Servicio Federal de Seguridad de la Federación de Rusia ha sido el de envenenar a  Shoigú y Abramovich. Un terrible y casi letal aviso.