Pistas en la CIA, la comunidad de inteligencia de Estados Unidos y el MI6 -el servicio de inteligencia británico- del surgimiento en Rusia y en el cuerpo expedicionario en Ucrania de un creciente malestar militar y político contra Vladimir Putin y su círculo de poder. Hay señales además de colapso en el Gobierno y en la Administración de la Federación Rusa.
Si Putin deccidera emplear armas químicas contra Ucrania; o atacar desde Bielorrusia a Lituania y Polonia para abrir un corredor con Kaliningrado; o lanzar bombas nucleares tácticas en el mar del Norte, el mar Báltico o Ucrania, todos los analistas apuntarian a un golpe militar para que asumiera Viktor Zolotov todo el poder político y militar en Moscú.
Junto a Alexander Bortnikov, la figura de Viktor Zolotov, director de la Guardia Nacional de Rusia emerge como el posible primer o segundo hombre fuerte. Los rumores se suceden en las dos primeras ciudades de Rusia sobre un desmoronamiento político y económico que supera a Vladimir Putin. Su muerte por suicidio o asesinato, o retirada a un monasterio bajo la protección del patriarca ortodoxo Kirill, se suceden en hipótesis y rumores a velocidad vertiginosa.
Nunca en este siglo, los bancos de inversión, inversionistas, y grandes empresas habían vivido el fenómeno de crear células de inteligencia y análisis sobre el cisne negro de la invasión de Ucrania por Rusia.
Hay un seguimiento muy estricto en esta crisis del rol que va a jugar el Servicio Federal de Seguridad (FSB). Existen evidencias sobre el caos y el descontento en las Fuerzas Armadas tras la invasión de Ucrania.
Agentes de inteligencia habrían comentado con diferentes sectores del Gobierno que Putin no sería la mejor opción a la actual situación no sólo de la guerra, sino de cómo deja en precario al país si las sanciones internacionales siguen aumentando.
Analistas internacionales afirman que el hecho de que se haya hecho público es sinónimo de que algo se está moviendo, especialmente dentro de los servicios de inteligencia del Kremlin. No es ya la población que se manifiesta, y acaba en la cárcel, sino que dentro podría estar viéndose la deriva de la guerra como inapropiada y la única manera de cambiar la situación sería con un cambio en el gobierno.
Uno de los comandantes claves de Putin durante la invasión de Crimea, Igor Girkin, se mostró pesimista sobre la evolución de la guerra para Rusia. "No ha habido logro estratégico en ninguna de las direcciones, solo logros operativos. Sintiéndolo mucho, soy pesimista. Creo que nos vamos a involucrar en un conflicto sangriento a largo plazo, agotador y extremadamente peligroso para la Federación Rusa", ha indicado.
Un mes después de la invasión, pese al hermetismo, todos los indicios apuntan a un gran incendio político en el Kremlin y a la delicada situación de Putin. Existen contactos entre Turquía e Israel para hallar una solución diplomáitica a una crsis que podría dar el salro a un conflicto extremadamente peligroso si Putin decide un ataque nuclear contra la OTAN en venganza por las sanciones.