Nunca se auguró un cierre de curso político tan intenso como el que se está viviendo en estos días finales de julio con la reanudación del diálogo entre Artur Mas y Mariano Rajoy, la explosión política con confesión de Jordi Pujol de su fraude a Hacienda y fin del pujolismo, y la renovación exprés en el PSOE (Partido Socialista Obrero Español). La elección directa del nuevo secretario general, tras dimitir Alfredo Pérez Rubalcaba, acabó de un plumazo con el debate de las primarias.
Las prioridades son otras: la estabilidad institucional y la gobernanza política y económica de España que exige el fin drástico de la corrupción y reclama serenidad en la crisis con Cataluña -cuestión a la que se añade la crisis en Cataluña con el fin del pujolismo, un enorme escándalo como destacó Hechos de Hoy-.
Pedro Sánchez mostró cuajo, sintonía y buen rollo en su visita al Palacio de La Moncloa donde llegó como copiloto. Lo mismo se puede decir al ser recibido en La Zarzuela por el Rey Felipe VI. Pedro Sánchez tiene muy claro que la abdicación de Juan Carlos I y la llegada del Rey Felipe VI y la Reina Letizia -primera reina surgida de las clases medias- han sido el detonante de un tiempo de renovación institucional y de auténtica regeneración política.
Si se tuviera que ilustrar sobre lo que estuvo en el fondo de este primer encuentro del Rey con el líder del PSOE y la oposición, la respuesta la encontraríamos en la encuesta electoral que se hizo pública en la mañana de este martes en la ciudad de Barcelona. Por primera vez ERC (Esquerra Republicana) igualó en intención de voto a CiU.
Según el barómetro municipal de verano de junio presentado por el Ayuntamiento de Barcelona, ERC tendría una intención de voto del 11,1% -la más alta obtenida por Esquerra Republicana en la serie histórica del barómetro municipal-. Se trata de la misma que obtiene CiU, que alcanza sus peores registros desde el año 2007.
La encuesta, en el dato más importante, confirmó a la vez el hundimiento del PSC (Partido de los Socialistas de Cataluña), que alcanza un mínimo histórico (intención de voto del 2,6%), y la gran fragmentación del voto de izquierda (aparece Podemos, con un 2,2%, y Guanyem Barcelona, el movimiento que lidera la activista social Ada Colau, con un 0,6%) También reflejó la reducción del efecto CUP como consecuencia de la gran disputa que se produce a la izquierda del PSC, y la consolidación, aunque con cierta tendencia a la baja, de Ciutadans, que podría perjudicar las expectativas electorales del PP.
¿Qué sucederá en los comicios de mayo? ¿Qué expectativas se abren para las próximas generales y el nuevo Congreso de los Diputados?. Si la irrupción de Pedro Sánchez no se afianza, e incluso da la sorpresa, se augura un debilitamiento de la derecha y una fragmentación de la izquierda. El Rey sin duda tuvo ocasión de escuchar con atención a Pedro Sánchez y compartir con él su ilusión de servicio eficaz al interés general de los ciudadanos. En la historia de la democracia en España, un centroizquierda fuerte resultó un factor político de primer orden. Que el PSOE se levante de la lona es esencial. De ahí la importancia de este aviso que llegó desde Barcelona el día del cordial encuentro de Felipe VI con Pedro Sánchez.