Alberto Núñez Feijóo sabe muy bien la tarea titánica de ir avanzando, voto a voto, para construir una mayoría absoluta.
Fue el logro histórico de Juanma Moreno en Andalucía. Y la tarea ejemplar, tras romper con Vox, de Isabel Díaz Ayuso y José Luis Martínez-Almeida.
Feijóo se marca como objetivo “que gane la España constitucional con un Gobierno que supere bloques y bloqueos”.
Defiende que “no merece gobernar aquel que pierde las elecciones” porque “el presidente de España tiene que acreditar haber ganado en las urnas”.
Puso de ejemplo a Madrid (Comunidad y Capital) para “construir una España en la que no se pregunta a nadie de dónde es, sino lo que viene a hacer”.
Apostó por “poner fin al sanchismo, cinco años de división y fractura”, iniciando una senda de “concordia, diálogo, acuerdos y buscar soluciones”.
Se mostró seguro de que este proyecto, el del Partido Popular, “es el que va a traer el cambio en España” y defiende la candidatura “abierta, diversa, integradora, capaz, experimentada y acogedora” de Madrid.
Recordó que “quedan 18 días” para las elecciones y prometió que no se va a dar un balón por perdido !porque el 23-J es el gran partido de la democracia”, que el PP va a jugar “con la moral alta” y que se va a ganar “con el objetivo de servir”.
Apostó por implantar en La Moncloa el modelo de éxito de Madrid para extenderlo a toda España. “Bajando impuestos se recauda más, se invierte más, se genera más empleo y de mayor calidad”.
Subrayó que, al contrario de lo que muchos han puesto en práctica durante estos años en el Gobierno central, “en el PP tenemos claro que la política no está para servirse de ella, sino que estamos en política para servir”. Pidió “el máximo número de escaños” para lograr “un Gobierno fuerte” como los conseguidos por Ayuso y Almeida.