Noche de altas mociones en la Convención Nacional Demócrata en Chicago que sorprebdió a los analistas, como señalaron a Hechos de Hoy, por el clima de unión, fervor y entusiasmo del Partido Demócrata. Algo que no se esperaba y ha dado un vuelco total a la campaña de las presidenciales en Estados Unidos.

Barack y Michelle Obama electrizaron a la Convención Nacional Demócrata con sus discursos que destrozaron a Donald Trump e instaron a los estadounidenses a rechazar al candidato republicano de una vez por todas.

La exprimera dama, en uno de los discursos más memorables en la historia de la convención, pidió a los demócratas que abandonen el “complejo de Ricitos de Oro” y trabajen duro para elegir a la vicepresidenta Kamala Harris.

“No podemos dejarnos llevar por la ansiedad sobre si este país elegirá a alguien como Kamala, en lugar de hacer todo lo posible para que alguien como Kamala sea elegido”, subrayó.

Después, el expresidente, en un discurso que evocó recuerdos de su aparición en la conciencia política estadounidense y sus propias campañas ganadoras, dijo que “la gran mayoría de nosotros no queremos vivir en un país amargado y dividido”.

“No necesitamos cuatro años más de fanfarronería, torpeza y caos. Ya hemos visto esa película antes y todos sabemos que la secuela suele ser peor”, afirmó Obama.

Sus discursos cerraron una noche en la que los demócratas buscaron presentar a Kamala Harris en términos más personales a los estadounidenses que ahora están conociendo a la vicepresidenta, apenas un mes después de que ascendiera a la cima de la lista del partido para 2024.

Por su parte el marido de Kamala, el Segundo Caballero, Doug Emhoff, contó la historia de su relación y por qué sus hijos llaman a la vicepresidenta “Momala”. Por su parte la candidata al Senado de Maryland, Angela Alsobrooks, explicó cómo Kamala llegó a ser alguien a quien consideraba amiga y mentora.

Preparó el escenario para las dos noches de cierre de la convención: el miércoles por la noche, cuando el candidato a vicepresidente del partido, el gobernador de Minnesota, Tim Walz, subirá al escenario, y el jueves, cuando Kamala Harris cerrará la reunión mientras comienza el sprint final hacia el día de las elecciones.

Cinco cuestiones centrales en la segunda noche de la Convención Nacional Demócrata,

Primero. La fuerza del discurso de Barack Obama

Las palabras del 44º presidente estuvieron llenos de referencias a sus propias campañas, incluyendo los conocidos llamamientos y respuestas a los cánticos de “Sí se puede” que alguna vez fueron los grandes protagonistas en los actos de campaña de Obama y que ahora regresan como “Sí se puede”.

Obama sigue siendo tan popular entre los votantes estadounidenses que incluso Trump evita atacarle. El martes, Trump le dijo a Kristen Holmes de CNN que si bien tiene diferencias con Obama en materia de política comercial, “resulta que me cae bien. Lo respeto y respeto a su esposa”.

Obama, por su parte, atacó a Trump.

“He aquí un multimillonario de 78 años que no ha dejado de quejarse de sus problemas desde que bajó por su escalera mecánica dorada hace nueve años. Hay apodos infantiles, teorías conspirativas disparatadas, esta extraña obsesión con el tamaño de las multitudes”, dijo Obama. Pero también instó a los demócratas a no dirigir un rencor similar contra el estadounidense común.

“Si un padre o un abuelo dice algo que nos hace sentir mal, no asumimos automáticamente que son malas personas”, subrayó. “Reconocemos que el mundo avanza rápidamente, que necesitan tiempo y tal vez un poco de aliento para ponerse al día. Nuestros conciudadanos merecen la misma gracia que esperamos que nos brinden. Así es como podemos construir una verdadera mayoría demócrata, una que pueda lograr que se hagan las cosas”.

El expresidente también le dio un giro nuevo a la historia familiar de su propia familia, comparando a su abuela, una mujer blanca de Kansas que ayudó a criarlo, y a su suegra, una mujer negra del sur de Chicago que murió a principios de este año.

“Sabían lo que era verdad. Sabían lo que importaba”, dijo Obama. “Cosas como la honestidad y la integridad, la amabilidad y el trabajo duro. No les impresionaban los fanfarrones ni los abusadores. No creían que menospreciar a los demás los elevaba o los hacía más fuertes. No pasaban mucho tiempo obsesionándose con lo que no tenían”.

Luego, hizo la conexión con Kamala, señalando a su madre india y a su padre jamaicano, quienes emigraron a los Estados Unidos.

“Ya seas demócrata o republicano, o algo intermedio, todos hemos tenido personas así en nuestras vidas: personas como los padres de Kamala, que cruzaron océanos porque creían en la promesa de Estados Unidos”, destacó el expresidente..

Segundo. El carisma de Michelle

Pocas personas tienen tanta influencia en los corazones y las mentes de la base demócrata como Michelle Obama, quien fue recibida con una de las ovaciones  más fuertes y prolongadas cuando subió al escenario en su ciudad natal.

“La esperanza está regresando”, dijo, haciéndose eco del tema de la campaña presidencial de su marido en 2008.

La ex Primera Dama habló del optimismo que Kamala ha creado desde que se convirtió en la candidata demócrata y la describió como la mejor opción para liderar la nación, basándose tanto en su experiencia como en su carácter.

“Mi chica Kamala Harris está más que preparada para este momento”, dijo Michelle Obama. “Es una de las personas más calificadas que jamás haya aspirado a la presidencia y es una de las más dignas”.

Habló de los orígenes y valores de clase media que compartía con Kamala y dibujó un marcado contraste con Trump, señalando que nunca se “beneficiarían de la acción afirmativa de la riqueza generacional”.

El papel clave que desempeñó Michelle Obama fue el de instar a la audiencia a mantener la vista puesta en la meta.

“Sí, Kamala y Tim están muy bien ahora. Nos encanta. Están llenando estadios en todo el país. La gente está llena de energía. Nos sentimos bien”, apuntó. “Pero recuerden, todavía hay muchas personas que están desesperadas por un resultado diferente”.

Michelle aludió a los años que Trump pasó difundiendo la falsa y racista teoría de la conspiración sobre el lugar de nacimiento de su marido.

“Sabemos que la gente va a hacer todo lo posible para distorsionar su verdad”, dijo sobre Kamala. “Mi esposo y yo, lamentablemente, sabemos algo sobre esto. Durante años, Donald Trump hizo todo lo que estuvo a su alcance para intentar que la gente nos tuviera miedo”.

También criticó la afirmación de Trump en el debate de junio de que los inmigrantes están robando “empleos negros”. “¿Quién le va a decir que el trabajo que está buscando actualmente podría ser uno de esos trabajos para negros?”, dijo.

Tercero. Doug Emhoff entra en acción para presentar a Momala

Por su parte, Dough Emhoff, el Segundo Caballero, intentó mostrarle a Estados Unidos el perfil personal de su esposa, contando historias sobre cómo se conocieron y cómo ella se convirtió en Momala para sus dos hijos.

Emhoff, un abogado que dejó su bufete después de que Kamala fuera elegido vicepresidente, asumió el papel que busca como el padre de Estados Unidos. Alguien que tiene un grupo de chat con amigos de la infancia y una liga de fútbol de fantasía (nombre del equipo, Nirvana, “sí, por la banda”, dijo) con compañeros de la facultad de derecho.

Desveló que había conseguido su número de teléfono y la había llamado a las 8:30 am. Dejó un mensaje de voz confuso del que se arrepintió al instante, y Kamala guardó ese mensaje de voz. “Ella me hace escucharlo en cada aniversario”, reveló.

Aun así, dijo, ella volvió a llamar y los dos hablaron y se rieron durante una hora. “Conoces esa risa. Me encanta esa risa”, dijo.

El rol de Emhoff en la campaña de Kamala fue un marcado contraste con la Convención Nacional Republicana. Dos de los hijos de Trump hablaron, pero no profundizaron en las historias personales de su padre. Su esposa, Melania Trump, no habló en absoluto y ha mantenido al mínimo su participación en su tercera campaña presidencial.

Pero el discurso de Emhoff no se limitó a contar anécdotas personales. También describió a Kamala como una persona dura.

“Esto es lo que pasa con los guerreros alegres: siguen siendo guerreros. Y Kamala es tan dura como parece”, descubrió.

Cuarto. El acalde republicano John Giles de Mesa, Arizona

A lo largo de la noche, la Convención Nacional Demócrata contó con la participación de exrepublicanos que defendieron el voto de Kamala por parte de los independientes y los críticos de Trump.

Uno de los turnos de palabra en horario de máxima audiencia fue para el alcalde John Giles de Mesa, Arizona, un republicano declarado de toda la vida que dijo que la Administración Biden-Harris había dado resultados para su comunidad conservadora.

“Tengo un mensaje urgente para la mayoría de los estadounidenses que, como yo, están en el centro de la escena política: el Partido Republicano de John McCain ha desaparecido y no le debemos nada a lo que quedó atrás”, apuntó Giles. “Así que pasemos página. Pongamos al país en primer lugar”.

El discurso de Giles culminó una serie de apariciones el martes de republicanos, o personas que habían abandonado el partido, para reunir apoyo para Kamala.

En un breve video, tres ex votantes de Trump dijeron que creían que el expresidente no respetaba la Constitución y criticaron sus condenas por delitos graves. En el escenario, Kyle Sweetser, un partidario de Nikki Haley que planea votar por Kamala, dijo que votó por Trump tres veces antes de preocuparse por sus políticas arancelarias.

“Los costos para los trabajadores de la construcción como yo estaban empezando a dispararse”, dijo Sweetser. “Me di cuenta de que Trump no era para mí”.

Stephanie Grisham, exsecretaria de prensa de la Casa Blanca de Trump y jefa de gabinete de la exprimera dama Melania Trump, se describió a sí misma como una “verdadera creyente” que pasaba sus vacaciones en Mar-a-Lago. Pero renunció el 6 de enero de 2021, después de que Trump no tomara medidas inmediatas para impedir que sus partidarios atacaran el Capitolio de Estados Unidos.

Grisham aprovechó sus comentarios para condenar las declaraciones a puertas cerradas de Trump, diciéndole a esa audiencia que él se burla de sus partidarios en privado y los ha llamado “habitantes del sótano”.

“No tiene empatía, ni moral, ni fidelidad a la verdad”, afirmó.

Quinto. La irrupción de Bernie Sanders

Desde su campaña presidencial de 2016, el senador independiente de Vermont, Bernie Sanders, ha mantenido un fuerte apoyo entre los votantes jóvenes y progresistas, los mismos votantes que Kamala necesitará en noviembre.

Sanders intervino para respaldar lo que la Administración Biden ha logrado en los últimos tres años y medio, al tiempo que expuso una lista de propuestas para la próxima administración demócrata: reforma del financiamiento de campañas, protecciones para los sindicatos, mejorar el acceso a la atención médica y reducir los costos de los medicamentos, y mejorar la educación pública.

“Seamos claros: no se trata de una agenda radical”, subrayó Sanders. “Pero déjenme decirles qué es una agenda radical: el Proyecto 2025 de Trump”.

Kamala, en su giro hacia el centro afronta el riesgo de enfadar o decepcionar a la izquierda, lo que hace que el apoyo de Sanders –y los comentarios del lunes por la noche de la representante de Nueva York Alexandria Ocasio-Cortez– sean mucho más importantes.